Presentado entre otras novedades de la IFA 2019, este teléfono quiere ser una especie de smartphone de gama media con características avanzadas. Su propósito principal parece ser la promoción de las nuevas redes 5G, pero a un precio algo más asequible que las versiones específicas de buques insignia como el Galaxy S10 y el Galaxy Note 10.
Las especificaciones técnicas del Galaxy A90 5G combinan rasgos avanzados (el chipset, fundamentalmente porque de él deriva la conectividad 5G del módem asociado) con otros más bien comunes (RAM, pantalla) y algunos en proceso de generalización (cámara, lector dactilar en pantalla). En algunos aspectos se asemeja a un móvil de gama media, mientras que en otros no desentonaría en la parte alta del mercado.
Su ficha completa se resuelve de la siguiente forma:
Pantalla AMOLED 1080 x 2540 de 6,7 pulgadas
Procesador Snapdragon 855 con módem 5G
6/8 GB de RAM
128 GB de almacenamiento (ampliables)
Cámara trasera de 48+5+8 MP
Cámara delantera de 32 MP
USB-C
Lector dactilar en pantalla
Batería de 4.500 mAh con carga rápida
Resulta interesante el dato de la batería, así como la presencia de conectividad inalámbrica DeX para utilizar el móvil como si fuera un ordenador de sobremesa utilizando para ello una interfaz Android adaptada. La nota de prensa oficial es sin embargo parca en detalles. No refleja la presencia de un puerto USB-C (confirmado solo por las fotos oficiales) y tampoco realiza menciones acerca de la disponibilidad de NFC o un conector de 3,5 mm para auriculares.
Samsung por ahora solo ha anunciado el Galaxy A90 para Corea del Sur, donde saldrá a la venta el 4 de septiembre por unos 899.800 wones, equivalentes a 675 euros. Su enfoque lo aleja de los teléfonos intermedios habituales, aunque Samsung quiere endulzar la píldora ofreciendo dos meses de YouTube Premium y tres meses de suscripción al servicio de juegos en streaming Hatch. Más adelante, declara la compañía, llegará a otros países.