Hace año y medio celebrábamos que el Reino Unido consideraba legales los modchips, al publicarse una sentencia definitiva en la que se absolvía a un vendedor. La situación sin embargo ha empeorado porque hemos conocido dos nuevas sentencias en sentido contrario.
Por un lado, un importador de cartuchos flash ha sido condenado a 12 meses de prisión, tras introducir en el mercado británico 26.500 cartuchos R4. Por otro, la Corte de Apelaciones confirmó la condena a otro vendedor de modchips:
Corte de Apelaciones escribió:[Los modchips son] diseñados, producidos o adaptados principalmente para eludir las medidas de protección tecnológicas [...] Es justo indicar que pueden ser usados para otros propósitos, como permitir a los usuarios jugar a juegos creados por ellos, pero esta posibilidad es irrelevante [...] La Directiva Europea 2001/29/EC enfatiza la importancia de proteger el copyright y los derechos relacionados en productos multimedia como videojuegos, y si dispositivos como los modchips pudieran ser vendidos impunemente el Reino Unido no estaría protegiendo esos derechos como requiere dicha directiva.