Los informes explican que los reguladores del país decidieron dar luz verde a la investigación tras reunirse con varias compañías tecnológicas rivales (en estos momentos bajo anonimato). Todas ellas habían acusado a Google de limitar el acceso a Android, dándole un trato preferencial a las propias aplicaciones de Google. Dicho de otra forma, Google estaría presionando a los fabricante para que dieran prioridad a sus apps.
La intervención de Estados Unidos es similar a la iniciada en Europa en el mes de abril. En ese momento contábamos que la Comisión Europea presentaba una serie de cargos contra Google por “haber abusado de su posición dominante en el mercado de servicios de búsqueda en el Espacio Económico Europeo, favoreciendo sistemáticamente a sus productos”.
Por ahora, el trámite consiste en la autorización del Departamento de Justicia para que la Comisión Federal de Comercio inicie las pesquisas sobre el negocio de Android. Un negocio donde Google, con Android, posee más del 50% del mercado de los smartphones en Estados Unidos.