Según el artículo publicado por la agencia de noticias, Fuchsia, que comenzó publicado su código en 2016 de forma muy discreta, es ya una iniciativa en la que están implicados más de 100 empleados, incluyendo a Matías Duarte. El diseñador de interfaces, responsable del aspecto de Android, estaría aportando su experiencia de forma parcial mientras el grueso del equipo se vuelca en otros menesteres tal vez más importantes a efectos de calendario.
Así como se asume desde hace tiempo que Chrome OS terminará por sustituir a Android como sistema operativo para tabletas, las fuentes consultadas por Bloomberg señalan que Fuchsia aspira a convertirse en la única gran plataforma de Google a más largo plazo. Y no solo para dispositivos portátiles.
Demostración de Fuchsia en un portátil Pixelbook.
De forma más concreta, Google estaría interesada en integrar Fuchsia en aparatos que poco tienen que ver con teléfonos, tabletas y portátiles, incluyendo por ejemplo productos domóticos. Según una de las fuentes, de hecho, el equipo de desarrollo de Fuchsia quiere integrar el nuevo sistema operativo en altavoces inteligentes en un plazo de tres años, antes de terminar sustituyendo a Android "en la próxima media década".
Google ha intentado asaltar el mercado del Internet de las cosas en varias ocasiones, no siempre con el mismo éxito. Las diversas modificaciones de Android han resultado ser un fracaso con la excepción de su adaptación para televisores, y así como los altavoces Google Home parecen gozar de una gran popularidad, no son pocos los analistas decepcionados con los resultados de la compra de Nest.
Unificar un universo de dispositivos tan variado y complejo requerirá un esfuerzo notable en materia de seguridad. Este será aparentemente uno de los puntos fuertes de Fuchsia, que ya utiliza técnicas de cifrado para controlar mejor las actualizaciones del código fuente. Otro aspecto señalado por Bloomberg es el perenne problema de las actualizaciones, actualmente en manos de los fabricantes y origen de numerosas químicas. Google podría estar interesada en atajar esta situación con Fuchsia, aunque por ahora hay más dudas que otra cosa.
En estos momentos Fuchsia sigue siendo un proyecto relativamente secretista, un "experimento de código abierto" contemplado como "una inversión en innovación". Como tal, no hay certeza alguna en cuanto a sus características finales y posibilidades de lanzamiento, pero dado el tamaño del equipo de desarrollo y el apoyo explícito de Sundar Pichai dan a entender que no es una iniciativa menor o sin metas bien definidas.