Lo primero de todo, es importante señalar que Fuchsia no está basado en Linux. Esto supone un punto de ruptura con las demás plataformas de Google. En su lugar, este nuevo sistema operativo utiliza un microkernel llamado Magenta que le permitiría a Google abandonar el kernel de Linux y la licencia GPL, lo que a su vez redundaría en un mayor control de la plataforma.
El logotipo del sistema operativo es lógicamente... fucsia.
Por el momento no está claro si Google pretende sustituir sus actuales sistemas operativos con Fuchsia o si por el contrario se trata de un experimento, pero su separación de Linux supone un antes y un después para la compañía.
Un detalle interesante es que Magenta se presenta bajo la descripción original de Google como un microkernel pensado para "teléfonos móviles modernos y ordenadores personales modernos con procesadores rápidos, cantidades de RAM no triviales y periféricos arbitrarios para labores de computación abiertas" (entendiéndose abiertas como indefinidas o no limitadas). Las capturas de pantalla de la interfaz ciertamente muestran un uso polivalente que sigue el concepto explicado en la documentación oficial.
La interfaz de Fuchsia adopta el nombre de Armadillo. Por el momento no es funcional, pero muestra algunos de los rasgos sobre los que Google piensa seguir diseñando la usabilidad y el entorno visual y de trabajo de su nuevo sistema operativo. Consta de una lista vertical de elementos con el perfil del usuario al estilo Google Now, desde donde se pueden configurar opciones como el control del brillo y la conectividad. Una barra de Google proporciona acceso al servicio de búsquedas.
Por encima del perfil se aglutinan una serie de elementos en forma de tarjetas que sirven para lanzar aplicaciones a pantalla completa. Estas tarjetas pueden ser arrastradas unas sobre otras para ejecutar aplicaciones en paralelo, mostrándolas a pantalla partida 50/50, 25/75, 75/25 o en un mayor número de secciones.
Técnicamente Fuchsia inició su desarrollo alrededor de febrero del año pasado, aunque hasta ahora no había nada "visual" que mostrar al público. Según Travis Geiselbrecht, uno de sus desarrolladores, "no se trata de un juguete, no es un proyecto al 20%, no es el vertedero donde volcar una cosa muerta que ya no nos importa". Se trata por tanto de un proyecto serio, uno que supuestamente podría redundar en un lanzamiento oficial aproximadamente para 2020... si es que no corre la misma suerte que otros proyectos de Google.