Se trata por tanto de la primera regulación en la UE que recoge expresamente el derecho al olvido, previamente reconocido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Una vez que se apruebe hoy, el texto final pasará por una ronda de negociación con la Eurocámara, siempre con vistas a que el pacto final cristalice antes de que termine este 2015.
Con la llegada de la aplicación se llegará a un punto de confluencia con todos los estados miembros, de forma que todas las leyes al respecto a nivel nacional se sustituirán por una única, terminándose así las divergencias existentes en la actualidad dependiendo del país.
Los principales actores implicados serán las grandes compañías europeas y norteamericanas, pero sobre todo Facebook y Google, quienes a lo largo del tiempo han luchado en diferentes frentes en Europa relacionados con el derecho al olvido. Con el nuevo escrito, toda compañía que opere en suelo europeo deberá acatar la regulación y sus directrices, de lo contrario, el incumplimiento referente a las obligaciones en materia de protección de datos personales de los usuarios en la red será penalizado con multas que podrían llegar hasta el 2% del volumen de negocio de la compañía en cuestión o de un millón de euros.
La norma que se aprueba hoy exige a las compañías de Internet que el procesamiento de información personal sólo sea posible con el "consentimiento inequívoco" del usuario. Además, el mismo podrá pedir la retirada de la información en el momento que lo crea oportuno. De la misma forma, cada usuario podrá pedir una rectificación sobre aquellos datos que le afectan y sean incorrectos. Las compañías también están obligadas a notificar expresamente a los usuarios en el caso de haber existido una brecha de seguridad que pudiera haber afectado a algún cliente.
En cuanto al derecho al olvido, todos los usuarios de la UE podrán, por derecho, pedir que se borren sus datos personales. No sólo eso, en el caso de que un ciudadano pida a Google o Facebook la eliminación de sus datos personales, las compañías deberán también localizar y pedir el borrado a terceros donde la información se haya replicado.
Aun así, el derecho al olvido tendrá limitaciones, sobre todo cuando choque con el ejercicio de la libertad de expresión e información. En estos casos la legitimidad para hacer uso de ellas estará en manos de los tribunales u organismos de protección de datos.
Por último, la norma recoge también el derecho a la portabilidad de los datos. De esta forma los usuarios pueden exigir a una compañía de Internet la recolección de todos los datos incluidos en su plataforma para trasladarlos a otra compañía.