Igual que los lectores de huellas dactilares están acabando rápidamente con la necesidad de desbloquear los teléfonos modernos introduciendo una contraseña, los intrincados pliegues de las yemas de nuestros dedos podrán ser utilizados para autorizar pagos de forma segura usando una tarjeta de crédito. Esto es al menos a lo que aspira Mastercard, que ha revelado una tarjeta con identificación biométrica integrada en su propio diseño.
El lector en cuestión se sitúa en la esquina superior derecha de la tarjeta, que almacena en su interior una plantilla digital cifrada con la huella del usuario. Su utilización no difiere mucho de la de cualquier otra tarjeta de crédito o débito; basta con introducirla en el lector y poner el dedo sobre la superficie de lectura para comprobar la huella real con la plantilla almacenada. Si ambos elementos coinciden, se autoriza la transacción sin necesidad de firmas manuscritas ni códigos numéricos.
Según señala Mastercard, su tecnología de identificación biométrica no requiere cambiar los terminales actualmente desplegados ni actualizarlos, siempre y cuando sean compatibles con las tarjetas de chip.
Cabe señalar que la tarjeta de Mastercard permite almacenar hasta dos huellas dactilares, pero todas ellas han de ser de la misma persona. Compartirlas será por tanto imposible, al menos si solo se quiere utilizar el método de pago con identificación biométrica. El registro de las huellas se realiza en el propio banco.
Las dimensiones de las tarjetas biométricas de Mastercard son como las de cualquier otra tarjeta con chip.
Mastercard ya está probando sus tarjetas con identificación dactilar en Sudáfrica, donde participan en el programa piloto las tiendas Pick n Pay y el banco Absa. Más adelante la compañía ampliará el número de empresas asociadas con vistas a iniciar su despliegue oficial este mismo año. Por ahora se desconocen los detalles relacionados con su expansión internacional.
El lector en cuestión se sitúa en la esquina superior derecha de la tarjeta, que almacena en su interior una plantilla digital cifrada con la huella del usuario. Su utilización no difiere mucho de la de cualquier otra tarjeta de crédito o débito; basta con introducirla en el lector y poner el dedo sobre la superficie de lectura para comprobar la huella real con la plantilla almacenada. Si ambos elementos coinciden, se autoriza la transacción sin necesidad de firmas manuscritas ni códigos numéricos.
Según señala Mastercard, su tecnología de identificación biométrica no requiere cambiar los terminales actualmente desplegados ni actualizarlos, siempre y cuando sean compatibles con las tarjetas de chip.
Cabe señalar que la tarjeta de Mastercard permite almacenar hasta dos huellas dactilares, pero todas ellas han de ser de la misma persona. Compartirlas será por tanto imposible, al menos si solo se quiere utilizar el método de pago con identificación biométrica. El registro de las huellas se realiza en el propio banco.
Mastercard ya está probando sus tarjetas con identificación dactilar en Sudáfrica, donde participan en el programa piloto las tiendas Pick n Pay y el banco Absa. Más adelante la compañía ampliará el número de empresas asociadas con vistas a iniciar su despliegue oficial este mismo año. Por ahora se desconocen los detalles relacionados con su expansión internacional.
Si te roban el pin, lo cambias y sansacabó. Si consiguen robarte la huella dactilar, date por jodido de por vida.
¿Que no? Tiempo al tiempo....
Más allá de la ciencia ficción no sé cómo se roba una huella dactilar. Si tienes más información, estaría encantado de conocerla. Lo digo en serio.