A pesar de que esta variante carece de la coletilla Ti, no nos encontramos ante una versión mejor dotada de la GTX 1050 base, sino más bien de una GTX 1050 Ti con 1 GB menos de memoria y una interfaz de memoria extrañamente reducida, puesto que baja de los habituales 128 bits a 96 bits y con ello el ancho de banda se reduce de 112 a 84 GB/s. A pesar de este cambio, mantiene con la 1050 Ti sus 768 núcleos CUDA al tiempo que brinda una velocidad ligeramente superior, con 1.392 MHz base y 1.518 MHz en modo boost (superando así tanto al modelo Ti como al base).
Las características técnicas de esta nueva tarjeta son, cuanto menos, peculiares. Como señala TechReport, la mayor velocidad de reloj debería ser interesante para labores de computación avanzadas, aunque no parece que este sea el mercado al que va dirigido. Al mismo tiempo, este incremento podría servir para compensar en cierta medida la merma en la interfaz de memoria, que por otro lado supone un aumento del 50 % con respecto a la GTX 1050 base.
Divergencias y peculiaridades técnicas aparte, el rendimiento de esta nueva tarjeta debería ser suficiente para mover la inmensa mayoría de los juegos modernos en Full HD (e incluso algo más) con relativa soltura.
Por ahora no hay precios ni se conocen los fabricantes que adoptarán el nuevo diseño (la noticia está ilustrada con una GTX 1050 base de Gigabyte), pero es posible que tengamos más información al respecto durante la conferencia GTC Taiwan, que se celebrará el 30 de este mes, prácticamente a las puertas de la Computex. Allí, supuestamente, Jensen Huang, dará a conocer los últimos avances de Nvidia, con énfasis especial en la inteligencia artificial y lo que la compañía describe como "la experiencia gaming definitiva", sea eso lo que sea.