Según relata el suplemento económico del diario The Korea Herald, los trabajos de adaptación tendrán lugar en las instalaciones que Samsung Display tiene en Asan, Corea del Sur. Concretamente, el objetivo es habilitar en 2021 una nueva línea con capacidad para producir hasta 30.000 láminas OLED para pantallas de 65 pulgadas y más grandes.
El objetivo último de Samsung es terminar adaptando todas las líneas LCD de la fábrica de Asan a la tecnología QD-OLED para el año 2025. Esto no quiere decir en ningún caso que en ese momento todos los televisores comercializados por Samsung vayan a ser de tipo QD-OLED, puesto que por ahora los paneles orgánicos parecen destinados a televisores de gran formato.
Asumiendo que las informaciones que han trascendido hasta la fecha sean correctas, los televisores QD-OLED de Samsung utilizarán una tecnología de pantalla sensiblemente distinta de la vista en los paneles de LG, líder mundial en la producción de pantallas OLED para televisores y proveedor de firmas como Sony, Loewe, Panasonic y Bang & Olufsen.
Concretamente, Samsung utilizaría paneles OLED de luz azul. El resto de los colores de la matriz RGB se obtendrían mediante el uso de puntos cuánticos, pequeñas partículas metálicas cuyas cualidades cromáticas varían al aplicárseles una corriente eléctrica. En esencia, la capa de quantum dots permitiría modular la luz azul e introducir otros colores en la imagen final. Las pantallas de LG, por contra, usan una estructura WRGB con emisores amarillos y azules complementados mediante filtros de color.
La aproximación de Samsung tendría puntos a su favor, pero también en contra. En el lado positivo, el uso de un panel de luz azul podría proporcionar una mayor estabilidad a largo plazo, puesto que los quantum dot no se degradan con el paso del tiempo. En el negativo, estamos hablando de una capa extra de cierto grosor y complejidad.
El salto de Samsung a la tecnología OLED resulta curioso si se considera que durante los últimos años no solo ha promocionado sus pantallas QLED como superiores a las OLED de LG, sino que para ello ha señalado de forma bastante clara la supuesta degradación de las mismas e incidido en otros aspectos como la retención de la imagen. Unos problemas que no parecían ser importantes hace diez años, cuando aún pujaba con LG por lanzar los primeros televisores OLED al mercado.
La rivalidad entre ambas empresas con motivo de la tecnología OLED alcanzó su punto álgido en 2012, cuando LG demandó a Samsung por infracción de patentes y Samsung se defendió con una contrademanda. El asunto se resolvió varios meses después con un acuerdo extrajudicial. Se desconocen los términos del mismo, pero desde entonces Samsung se volcó en las pantallas QLED como opción de gama alta.