De acuerdo con la información facilitada por Samsung en la feria de Berlín, los Q900R (plural, puesto que habrá versiones de 65, 75 y 85 pulgadas) podrán proporcionar "picos de brillo" de hasta 4.000 nits, que es una cota drásticamente superior a la de cualquier televisor convencional (multiplicando fácilmente por cuatro los registros de brillo de la inmensa mayoría de los televisores 4K), soporte para HDR10+ y reproducción del 100% del volumen de color (algo ya presente en las últimas QLED 4K).
El asunto de la falta de contenidos a resolución nativa es bastante relativo. Todavía no hay muchos, pero próximamente veremos una rápida difusión de los mismos debido al hecho de que buena parte de las películas ya disponibles en 4K tienen también un master (original o escaneado de la película química) a 8K. El mayor problema será escalar la resolución de los contenidos actuales, para lo cual Samsung ha introducido en sus televisores un sistema de procesamiento basado en inteligencia artificial.
No hay muchos detalles sobre cómo se elabora este procesamiento de la imagen, pero aparentemente el chip también realiza algún tipo de trabajo en el sonido, pudiendo "amplificar los gritos del público para recrear la emoción" de estar en un partido de fútbol, por citar un ejemplo proporcionado por Samsung.
Samsung no ha facilitado por ahora la lista de precios, pero considerando que la línea Q900R se situará en lo más alto de la jerarquía QLED, cabe esperar unas tarifas elevadas. Tampoco sabemos cuándo llegarán a España, puesto que la distribución se realizará de forma gradual y todavía no está claro qué países serán los primeros en recibirlos.