La distribución de sensores es cuanto menos confusa, pero es que sería difícil simplificar una cámara con cuatro objetivos distintos. El principal tiene una resolución de 24 megapíxeles, capacidad de autoenfoque y una luminosidad de f1.7.
Le siguen un sensor de 10 MP y f2.4 con capacidad de zoom 2X sin pérdida de calidad, un panorámico (120º) de 8 MP y f.24 para tomas más abiertas y finalmente hay un sensor de 5 MP y f2.2 para generar efectos de desenfoque (el famoso Bokeh).
Esta cornucopia óptica se remata con un sensor frontal con la friolera de 24 MP, puesto que en este teléfono los selfies tampoco tienen una importancia baladí y tal vez hubiera desmerecido montar un captor convencional de 8 MP a la vista del despliegue tecnológico de la cámara principal.
El resto de las especificaciones técnicas del Galaxy A9 es menos sorprendente. No en vano, se trata de uno de los teléfonos más generalistas de la compañía, una gama que piensa revitalizar inyectando todo tipo de avances e innovaciones con los que justificar unas tarifas que no pueden competir con las de sus rivales chinos.
Pantalla Super AMOLED 2220x1080 de 6,3 pulgadas
Chipset de ocho núcleos (2,2x4 GHz + 1,8x4 GHz)
6/8 GB de RAM (en función del mercado)
128 GB de almacenamiento (ampliables)
Cámara trasera de 24+10+8+5 MP
Cámara delantera de 24 MP
Batería de 3.800 mAh
NFC
Bluetooth 5.0
Lector de huellas dactilares
Android 8.0
El Galaxy A9 iniciará su despliegue global en noviembre a un precio todavía no comunicado. Dados los precedentes, España debería recibirlo más pronto que tarde.