Bautizado como Linq, el visor es capaz de dar forma y profundidad a sus inmediaciones utilizando unas cámaras de alta definición, gracias a las cuales es posible reconocer objetos y personas a una distancia de hasta 20 metros. En consecuencia, los objetos tridimensionales pueden interactuar con el entorno de forma natural, exhibiendo efectos de física y arrojando sombras. Esta característica lo asemeja al casco Hololens de Microsoft.
Algo que no termina de aclarar Stereolabs es si su producto utiliza cables o si por el contrario es totalmente inalámbrico y puede ser utilizado con independencia de un ordenador personal. La compañía se limita a señalar en este aspecto que sus sensores se diferencian de los clásicos sistemas infrarrojos por su capacidad para funcionar en interiores y exteriores, permitiendo al usuario "caminar, saltar, agacharse e incluso esquivar proyectiles". El kit de desarrollo sí que requerirá una conexión mediante cable.
Según ha podido saber Engadget a través de un portavoz de la compañía, Linq costará aproximadamente lo mismo que una consola de videojuegos. No se puede decir que sea una descripción precisa, pero el símil la sitúa automáticamente muy por debajo de Hololens. La compañía planea comenzar a distribuir su visor entre los desarrolladores interesados a comienzos de 2017, previo paso a su lanzamiento comercial dentro del mismo año.