La compañía suiza, que aglutina marcas tan conocidas bajo su paraguas como Tissot y Omega, piensa aprovechar su posición como mayor fabricante de relojes del mundo para impulsar un nuevo sistema operativo para dispositivos wearables (principalmente relojes, pero también otros integrantes del Internet de las cosas) que hará especial énfasis en la seguridad de los datos del usuario y la autonomía. Según ha señalado Nick Hayek, presidente de Swatch, su compañía quiere pensar en pequeño en lugar de a lo grande (nos quedamos con la duda de qué significa eso) para solucionar algunos de los problemas que actualmente afectan a los dispositivos actuales, brindando al mismo tiempo una mayor flexibilidad a las firmas que deseen adoptar su plataforma.
Por el momento no hay mucha información acerca del sistema operativo de Swatch. Uno de los pocos detalles sólidos conocidos es que ha sido desarrollado en colaboración con el Centro Suizo de Electrónica y Microtecnología (CSEM por sus siglas en francés), que recientemente colaboró con Swatch para crear el chip Bluetooth más pequeño del mundo. Aparentemente Swatch habría recibido más de un centenar de solicitudes de información, la mitad de ellas firmadas por pequeñas empresas de Silicon Valley que no quieren depender de Android o iOS.
El primer reloj con el sistema operativo de Swatch llegará de la mano de Tissot hacia finales de 2018. Todavía se desconoce la ventana de precios en la que se moverá.