Según explica Artem Russakovskii, el Home Mini entregado por Google durante el evento de presentación comenzó a comportarse de forma extraña al poco de publicar el análisis. De forma más concreta, el altavoz se activaba automáticamente con el sonido del televisor y trataba de escuchar órdenes imaginarias, generalmente señalando que no entendía lo que Russakovskii quería decirle. Escamado por su comportamiento, Russakovskii comprobó el portal de actividad de Google solo para descubrir cientos de registros de audio sin explicación aparente.
Demostración del problema descubierto por Android Police.
De forma totalmente incomprensible, el Google Home Mini estaba grabando todo que sucedía a su alrededor tan pronto como detectaba un sonido. Los archivos eran a continuación enviados a los servidores de Google. Generalmente este tipo de datos son utilizados para mantener un registro de eventos en caso de avería o mejorar el funcionamiento de los sistemas de reconocimiento de voz, pero solo debería generarse una grabación cuando el dispositivo recibe una orden.
Russakovskii se puso en contacto con Google, que rápidamente desplazó a un ingeniero para comprobar el funcionamiento del aparato y buscar una solución. De acuerdo con Google, "un pequeño número" de altavoces tienen un defecto en su mecanismo de activación táctil, que es utilizado por el aparato para lanzar el asistente de voz manualmente en lugar de diciendo algo así como "hola Google". El resultado es que estos dispositivos creen que alguien está pulsando el botón de activación continuamente y grabando lo que consideran que son órdenes incorrectas.
Vídeo promocional de Google Home Mini.
Google ha respondido rápidamente publicando un nuevo firmware que inutiliza la función de pulsación prolongada para activar el lanzamiento del asistente mientras busca una solución más adecuada. Por este motivo es posible que dicha prestación esté desactivada en las unidades de lanzamiento. Asimismo, Google ha tomado la decisión de eliminar todos los registros de actividad generados entre los días 4 y el 7 de octubre.
Afortunadamente esta situación ha podido ser resuelta antes de que el producto salga oficialmente a la venta. Su descubrimiento, no obstante, pone de relevancia los posibles riesgos que abre el Internet de las cosas en materia de privacidad, particularmente cuando la tecnología es defectuosa o las protecciones resultan insuficientes.