El nuevo actualizador será desplegado públicamente con la actualización de mayo, conocida por el nombre en clave 19H1 y próximamente disponible en el programa de testeo. Entre las novedades desgranadas por Microsoft se cuenta la posibilidad de evitar las actualizaciones de características mientras se siguen recibiendo las de seguridad. De esta forma, será posible mantener un Windows 10 seguro sin subir de versión durante un periodo de hasta 35 días.
Este botón de pausa permitirá evitar problemas no detectados durante el proceso de testeo y que solo aparecen cuando una actualización empieza a ser instalada de forma masiva. Es lo que sucedió con las pasadas actualizaciones de abril y octubre, afectadas por problemas de estabilidad y borrado de archivos, respectivamente. De forma más reciente, la actualización KB4482887 degradó el rendimiento de algunos juegos.
Además de poder retrasar la instalación de actualizaciones, la próxima versión de Windows 10 introducirá nuevos controles de horas de actividad para evitar reinicios inesperados. Hasta ahora este parámetro se realiza usando franjas horarias predefinidas, pero en el futuro Windows 10 podrá ajustarlas de forma inteligente, monitorizando patrones de uso. Asimismo, las actualizaciones de Windows y las de la tienda de Microsoft se coordinarán de alguna forma para que solo tengan lugar cuando el usuario no está utilizando su PC.
El nuevo instalador de actualizaciones de Windows 10 es una de las novedades más importantes que llegarán con la revisión del sistema operativo, pero no la única. La actualización de mayo también introducirá un nuevo tema claro como complemento luminoso al actual tema oscuro y un cajón de arena para ejecutar aplicaciones sin confianza de forma segura. Estos y otros cambios serán desglosados en mayor detalle durante la conferencia para desarrolladores BUILD 2019.