El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha anunciado la detención de Ilya Lichtenstein, contribuidor de Forbes y emprendedor tecnológico, y Heather Morgan, rapera y profesional del márketing, por intento de lavado de dinero. Durante la operación también se han confiscado 3.600 millones de dólares en bitcoines procedentes del hackeo en 2016 del intercambiador Bitfinex.
El ataque contra Bitfinex se saldó con el robo de 119.754 bitcoines, que por aquel entonces equivalían a 71 millones de dólares. Esas criptodivisas estuvieron moviéndose de un lado a otro mientras se revalorizaban hasta alcanzar un monto de cerca de 4.500 millones de dólares, que no ha podido ser recuperado en su totalidad. Los 94.000 bitcoines que tenían en su posesión, en cualquier caso, representan la mayor incautación de fondos jamás realizada por el FBI en una única operación.
El papel del matrimonio Lichtenstein-Morgan en todo este asunto no está del todo claro más allá de que intentaron lavar dichas criptodivisas para ofuscar su procedencia. Se desconoce si participaron en el hack, si eran los propietarios del dinero recuperado o si simplemente trabajaban para otras personas aún no identificadas. Sea como sea, ambos se encuentran bajo arresto domiciliario y vigilancia continua mientras se empieza a dirimir el caso.
El hack de Bitfinex, que ha ofrecido cuantiosas recompensas a quien pudiera ofrecer información que condujera al arresto de los ladrones, involucró más de 2.000 operaciones de transferencia que culminaron en el desvío de dichos fondos a una cartera externa. Hace cerca de un mes las autoridades encontraron y descifraron un archivo alojado en una cuenta de almacenamiento en la nube asociada al correo eletrónico personal de Lichtenstein. Dicho documento contenía 2.000 direcciones virtuales y sus claves privadas.
A partir de ahí, los investigadores solo tuvieron que tirar del hilo. Aunque mucha gente cree que las criptodivisas son anónimas, la propia filosofía de la cadena de bloques las hace inmensamente trazables si no se toman las precauciones adecuadas, y Lichtenstein-Morgan cometieron errores de auténtico bulto. El más grave de ellos fue distribuir el dinero robado usando cuentas y empresas registradas a título personal, con sus propios nombres. Los interesados en saber más pueden leer este interesante hilo de Twitter donde se explica el caso de forma prolija (y bastante técnica).
El Departamento de Justicia y Bitfinex trabajarán ahora para devolver el dinero robado a sus legítimos propietarios, que podrían convertirse de la noche a la mañana en auténticos millonarios dada la apreciación del bitcoin desde el robo.