La firma sueca, que ya anunció una reducción del 6 % de su plantilla en el mes de enero (seguida de 200 puestos en su división de podcasts en junio), ha cerrado su particular wrappedcomunicando que despedirá al 17 % de sus actuales trabajadores, algo más de 1.500 personas sobre un total de 9.251. Según Daniel Ek, CEO de Spotify, "el crecimiento económico se ha reducido drásticamente y el capital se ha vuelto más caro. Spotify no es una excepción de esas realidades". Como consecuencia, "muchas personas inteligentes, talentosas y trabajadoras se marcharán".
De media, los próximamente exempleados de Spotify recibirán un finiquito de cinco meses de sueldo (con seguro médico durante el periodo correspondiente) y paga por las vacaciones no utilizadas.
El caso de Spotify es paradigmático de todas esas empresas que lograron esquivar con fortuna los peores efectos del confinamiento y crecieron con fuerza gracias al aumento del consumo de contenidos multimedia. Durante los últimos tres años su plantilla prácticamente se duplicó como parte de una estrategia que priorizaba el tamaño frente a la rentabilidad (el plan de Elk pasa por obtener beneficios de forma continuada en 2024), pero recientemente sus inversores han comenzado a exigir un mayor rendimiento a la empresa.
Según Elk, durante 2022 y 2023 Spotify experimentó un crecimiento enorme a fuerza de producir mucho pero de forma poco eficiente. Como resultado, "hoy tenemos demasiada gente dedicada a dar apoyo e incluso trabajando sobre el trabajo de otros en lugar de contribuir a oportunidades con impacto real". El ejecutivo asegura que estos recortes permitirán a Spotify invertir sus beneficios de forma más estratégica dentro de la propia compañía.