Actualmente Sony Semiconductor es la segunda división más rentable del grupo, solo por detrás de PlayStation. Se ha convertido de hecho en uno de pilares de la empresa, que tras la crisis de la electrónica japonesa se ha visto obligada a buscar nuevos mercados. Sus sensores de imagen son uno de sus productos más exitosos. Se pueden encontrar en cámaras de fotos de varias firmas, pero el grueso de sus ventas procede de sistemas industriales y teléfonos móviles.
Los sensores de Sony son muy populares entre los fabricantes de móviles, pero también en entornos industriales.
Los mismos fabricantes chinos que borraron a la familia Xperia del mapa impulsan ahora las ventas de Sony, que actualmente vende tantos sensores de imagen Exmor como puede. La situación es tal que por segundo año consecutivo sus fábricas de chips no cerrarán ni un momento durante la Navidad. Asimismo, Sony ha duplicado sus inversiones en la división para, entre otras cosas, construir una nueva factoría en Nagasaki. Este nuevo centro empezará a funcionar en 2021.
"A juzgar por la forma en la que están yendo las cosas, e incluso a pesar de todas estas inversiones para ampliar capacidad de producción, puede que no sea suficiente. Tenemos que pedir disculpas a los clientes porque no podemos fabricar los suficientes [sensores]", ha señalado el ejecutivo.
Algunos de los posibles usos de los sensores ToF de Sony.
Sony se ha visto beneficiada por el creciente interés de fabricantes y consumidores en los teléfonos móviles con cámaras de más de un sensor de imagen. Apple, no en vano uno de sus principales clientes, monta tres sensores en el iPhone 11 Pro, y algunos fabricantes chinos tienen teléfonos con sistemas pentacámara.
Incluso si los problemas de Sony implican buenas noticias para rivales como Samsung, las proyecciones internas son halagüeñas. Según sus propias cifras, Sony comercializa el 51 % de los sensores de imagen de todo el mundo y aspira a alcanzar el 60 % para el año fiscal de 2025, en parte gracias a la creciente popularidad de los sensores ToF o Time-of-Flight, capaces de medir volúmenes y distancias calculando el tiempo necesario por un haz luminoso para incidir en una superficie. Sony es una de las pioneras en esta tecnología, y ahora recoge los beneficios de dicha inversión.