El funcionamiento Amazon One es diferente al de otras soluciones biométricas en cuanto a que no requiere contacto directo con la piel del usuario. El escaneo se realiza a cierta distancia, buscando patrones en la textura de la piel y la disposición de las venas del usuario para identificarlo. Estos datos no se almacenan en el dispositivo de lectura, sino que se envían cifrados a una "zona segura" en los servidores de Amazon.
Para poder utilizar Amazon One, el usuario debe asociar su tarjeta de crédito (o de puntos, o de cualquier otro tipo) y escanear una o dos manos. A partir de ese momento cualquier establecimiento dotado con un terminal de pago Amazon One permitirá que pueda pagar únicamente situando la mano sobre el lector. No será necesario volver a registrarse.
Si en algún momento el usuario desea borrar sus datos, puede hacerlo desde el propio lector o el sitio web de Amazon. Desde Amazon se asegura que el uso de la palma de la mano es más seguro que otros sistemas como el reconocimiento facial, puesto que no se requiere una imagen de su rostro, lo que facilitaría la asociación de identidades a perfiles de pago en caso de filtración, pero las dudas que plantea a nivel de privacidad siguen estando presentes.
Amazon One será desplegado inicialmente en los supermercados Amazon Go, pero la compañía asegura que está manteniendo conversaciones con socios potenciales para expandir su uso en tiendas, edificios de oficinas y estadios.