La transacción ha sido valorada en 13.700 millones de dólares, que serán pagados en dinero contante y sonante a un precio de 42 dólares por acción. Se trata de la compra más grande jamás realizada por Amazon.
Hace varios meses circularon informaciones oficiosas que señalaban el aparente interés de Jeff Bezos en Whole Foods, pero todo parecía indicar que las conversaciones no llegaron a buen puerto y que ahí había terminado el asunto. Amazon todavía ha de explicar qué estrategia ha diseñado para Whole Foods, limitándose a señalar que por ahora todas sus tiendas seguirán funcionando con normalidad.
Que Amazon quería competir con los supermercados tradicionales abriendo sus propias tiendas era un secreto a voces. La compañía ya ha abierto varios establecimientos en Estados Unidos y hace poco dio la campanada al anunciar un supermercado semiautomatizado que prescinde del habitual personal de caja.
El de los supermercados y la venta minorista de alimentos es un sector muy complicado, y prueba de ello es que algunas de las principales cadenas de Estados Unidos están cerrando establecimientos ante la disminución en las ventas. Las propias acciones de Whole Foods, de hecho, han acumulado pérdidas importantes durante los últimos meses, y es que el futuro de los supermercados en Estados Unidos es en estos momentos muy incierto, no en escasa medida gracias al empuje de Amazon.
Será interesante ver qué hace ahora con Whole Foods, que tiene cierta fama por los elevados precios de sus productos, pero la irrupción de un coloso del tamaño de Amazon (y particularmente uno con sus capacidades logísticas) debería ser causa de preocupación para la competencia.