Esta suma de factores ha propiciado que algunos clientes con pocos escrúpulos traten de hacer negocio pidiendo artículos que luego denuncian como no entregados o defectuosos. Como mucho, la mayoría de ellos serán castigados con el cierre de sus cuentas. Pero una pareja de Indiana, Estados Unidos, se enfrenta a un destino potencialmente mucho peor después de haber confesado que estafaron mercancía por valor de 1,2 millones de dólares (un millón de euros).
El caso, que se remonta al arresto de la pareja en el mes de mayo, es notable porque se trata de una de las pocas ocasiones conocidas en las que Amazon ha llegado a los tribunales para luchar contra este tipo de fraude. Según la fiscalía, que cuenta ahora con una admisión de culpa, los acusados compraron "cientos de productos electrónicos" utilizando "cientos de identidades falsas", haciéndose así con "cámaras digitales GoPro, Xbox de Microsoft y relojes inteligentes de Samsung" que después eran reportados como defectuosos o dañados, exigiendo su sustitución por otros nuevos para revenderlos en el mercado negro.
Los problemas para los acusados comenzaron cuando su actividad disparó las alarmas de Amazon y el fisco estadounidense, que colaboraron con el servicio postal y la policía estatal para darles caza. De hecho, su mayor problema ahora no es el fraude a Amazon, sino el blanqueo de los ingresos procedentes de la venta de los artículos estafados.
Si bien el tribunal no dictará sentencia hasta el 9 de noviembre, el acuerdo de culpabilidad negociado con la fiscalía incluye la restitución de 1.218.504 dólares a Amazon por la mercancía estafada, así como la renuncia a apelar el castigo si finalmente se dictamina una pena inferior a siete años y tres meses de prisión. Solo por los cargos de fraude postal y blanqueo de dinero los acusados ya se enfrentan a una pena máxima de 20 años de prisión.