La firma de análisis de mercado (vía Tom's Hardware) señala que AMD representa actualmente el 25,6 % del mercado x86, lo que supone la mayor cuota jamás conseguida por la compañía. Hasta ahora su record absoluto se encontraba en el 25,3 % que logró allá por 2006, cuando una AMD exultante se permitía el lujo de comprar ATI Technologies por más de 5.000 millones de dólares.
Un dato interesante es que Mercury Research señala que durante el cuarto trimestre de 2021 Intel logró recuperar algo del terreno perdido en los mercados sobremesa y portátil, donde AMD registra cuotas de mercado de 16,2 % y 21,6 %, respectivamente. Hablamos de décimas porcentuales, lo cual indica que la venta de hardware para servidores se ha convertido en un potente vector de crecimiento para AMD, con un 10,7 % del mercado. Como referencia, en el cuarto trimestre de 2017 AMD tenía un 0,8 % de ese pastel.
Si bien el dominio de Intel sigue siendo preponderante en todos los segmentos, que AMD se haya hecho con una cuarta parte del mercado en el lapso de cuatro años es extraordinario, máxime cuando la compañía se jugaba la quiebra si Ryzen fracasaba. Solo hay que ver que AMD ha duplicado su cuota de mercado desde el tercer trimestre de 2018, y ya para entonces la cosa empezaba a marchar gracias al éxito de la primera generación de la arquitectura Zen.
Dicho todo esto, AMD va a tener cada vez más difícil mantener su crecimiento. Intel ha despertado de su letargo tras recibir este zarpazo, proponiendo procesadores más competitivos, y el inevitable ascenso de ARM levantará nuevos obstáculos para los fabricantes de procesadores basados en x86, así que los próximos dos y tres años van a ser sumamente interesantes para la industria.