Según indica AMD en su último informe financiero, la compañía generó unos ingresos de 4.800 millones de dólares durante el último trimestre del año, que cerró con una caja de 16.400 millones de dólares frente a los 9.800 millones del anterior. Una vez descontados impuestos y otros cargos a considerar, AMD obtuvo un beneficio anual de 3.200 millones de dólares, cuando hace apenas cuatro años, allá por 2018, la empresa celebraba unos ingresos netos de 81 millones de dólares.
El éxito de Ryzen, naturalmente, tiene un enorme peso en la hoja de resultados. Y mucho interés. Más allá del buen rendimiento en el mercado de sus CPU para equipos de sobremesa, que se mantienen fuertes, AMD ha declarado que las ventas de Ryzen para ordenadores portátiles van disparadas, cuando antiguamente este era un mercado de poca relevancia para la compañía. La competitividad de sus productos y el auge del teletrabajo tuvieron sin duda mucho que ver en este resultado.
Empresa y semicustom fueron incluso más rentables que las ventas de consumo
Por otro lado, las ventas de sistemas para empresa, integrados y semipersonalizados también suben como un cohete. Tanto que durante el cuarto trimestre el departamento que aglutina servidores y hardware específico para terceros fue incluso más rentable que Computing and Graphics, con unos ingresos de 2.242 millones y un beneficio de 762 millones frente a los 2.584 millones de ingresos y 566 millones en beneficios derivados por la venta de CPU y GPU de consumo.
Según AMD, esto supone una mejora del negocio del 75 % con respecto al mismo periodo del año pasado y se explica tanto por el interés en los procesadores EPYC como en un interés en las consolas de nueva generación sin precedentes. La compañía asegura que en estos momentos la demanda de consolas es la más elevada de todos los tiempos, y no ve que la situación vaya a cambiar a corto o medio plazo.
Ya de cara a 2022, la compañía estará muy ocupada con el lanzamiento de los nuevos procesadores Zen 4, que tendrá lugar durante el segundo semestre. También seremos testigos del debut de nuevas tarjetas gráficas basadas en RDNA 3, aunque su impacto en las cuentas de AMD será posiblemente menor si se considera que no deberían llegar hasta los últimos meses del año.