Según afirma Mark Gurman (siempre excelentemente conectado) a través de la agencia de noticias Bloomberg, Apple comenzó a interesarse en los robots domésticos más o menos al mismo tiempo que se embarcó en la creación de su coche, pero la atención recibida por los primeros habría sido escasa si se compara con la enorme inversión en tecnología y personal realizada en su proyecto automovilístico. Una vez finalizadas sus ambiciones como fabricante de coches, al menos uno de los ingenieros clave del "Apple Car" habría reasignado para trabajar con estos robots.
Entre los experimentos en marcha, relata Gurman, habría un robot capaz de seguir a los usuarios por toda la casa (un concepto en sí mismo poco novedoso) y alguna clase de aparato de sobremesa pensado para videoconferencias que puede mover una pantalla de forma inteligente para mejorar el enfoque o la visualización de las videollamadas. Estos robots (y presumiblemente otros) se encontrarían en una fase de desarrollo aún muy embrionaria y harían uso de algoritmos de seguimiento avanzados.
Gurman, valiéndose de sus fuentes, asegura que los robots de Apple no tienen un apoyo interno especialmente elevado. Mientras que un automóvil es un producto con una función esencial que es posible vender a millones de personas con precios elevados (inicialmente Apple quiso comercializar su coche por unos 100.000 dólares), no existe una demanda real de robots domésticos más allá de nichos ya ocupados por otras empresas, como ha podido constatar Amazon. Por este motivo, algunos ejecutivos no se muestran convencidos de que Apple deba continuar invirtiendo en su desarrollo, lo que puede generar dudas sobre su futuro.