De acuerdo con sus informadores, Google ya habría tomado la decisión de dejar atrás su histórica relación con Qualcomm o como mínimo reducir su importancia actual, diseñando una nuevo procesador basado en un proceso de 5 nm. Samsung sería el socio industrial de la ecuación, aportando su tecnología y la experiencia acumulada fabricando sus propios chipsets Exynos, pero también como proveedor para muchas otras compañías.
Las informaciones técnicas sobre Whitechapel son por ahora vaporosas. Aparentemente el primer chip sigue un diseño ARM de ocho núcleos personalizado con tecnología de aprendizaje automatizado de Google. Se desconoce el propósito de esta optimización, pero seguramente tiene que ver con la optimización de recursos mediante una gestión más eficiente de las tareas. El chipset también incluye según las filtraciones un segmento dedicado a mejorar "el rendimiento y las capacidades" de Google Assistant como servicio conectado y funcionando de forma permanente.
Google ya tendría unidades funcionales de Whitechapel en fase de prototipo, seguramente fabricadas utilizando la producción de riesgo de Samsung (la compañía aún no tiene listos sus procesos en masa con nodo a 5 nm), pero los primeros teléfonos Pixel dotados con este hardware no saldrían como mínimo hasta el año que viene. Fried señala que versiones futuras de Whitechapel podrían dar vida a Chromebooks de próxima generación, pero "seguramente están incluso más lejos" de llegar al mercado.
A falta de conocer más detalles (y es muy improbable que Google quiera compartir nada al respecto), todo apunta a que Whitechapel se convertirá en la próxima comidilla de la industria. Queda por ver cómo progresa el proyecto y qué dirección adopta, puesto que aunque Google tiene una amplia experiencia diseñando sus propios procesadores (algunos de ellos basados en ARM), hasta ahora ha centrado sus esfuerzos en servidores y sistemas de inteligencia artificial, así como chips de cifrado.