A diferencia de lo que sucede en un ordenador convencional, en el que el procesamiento y el almacenamiento de datos (ya sea temporal o permanente) se realizan como labores fundamentalmente independientes en forma y fondo, el sistema detallado por Samsung en la revista Nature Electronics es capaz de procesar grandes cantidades de datos en la propia RAM y en paralelo a la CPU, agilizando drásticamente ciertas labores.
Como otras memorias magnetorresistivas, la nueva MRAM de Samsung no almacena información usando cargas eléctricas y por tanto volátiles (la RAM se despeja cuando deja de recibir energía), sino mediante elementos ferromagnéticos que pueden mantener sus propios campos. En la práctica, nos encontramos ante una memoria RAM que puede conservar información de forma permanente como si fuera un disco duro, pero muchísimo más veloz.
Donde realmente difiere de otras la MRAM de la firma surcoreana es en su capacidad para procesar información, algo que al parecer solo ha sido posible modificando su arquitectura para adoptar un nuevo diseño de muy baja resistencia. El resultado es una memoria extraordinariamente adecuada para IA, pudiendo realizar internamente muchas funciones hasta ahora derivadas a la CPU o la GPU. De hecho, los ingenieros de Samsung han logrado utilizar su memoria MRAM para clasificar números escritos manualmente y detectar rostros con precisiones del 98 % y 93 %, respectivamente.
Dada la bajísima resistencia de la memoria MRAM y su diminuta capacidad (se comercializa en chips de Gigabits), esta tecnología se encuentra muy lejos de llegar a los ordenadores domésticos. Actualmente podemos encontrarla en sistemas industriales muy avanzados e incluso satélites, pero Samsung prevé un inmenso potencial para la MRAM en el campo de la inteligencia artificial, en particular por su forma para almacenar y procesar información de forma similar a las redes neuronales biológicas, allanando así el camino a la computación neuromórfica.