De acuerdo con múltiples fuentes consultadas por la agencia de noticias, los grandes fabricantes de chips de memoria tenían confianza en que los proveedores iban a tener un mejor control de sus inventarios, comprando según la demanda del momento y dejando solo un pequeño remanente para satisfacer imprevistos. Eso no sucedió. El resultado es que los fabricantes de ordenadores llevan meses reduciendo los pedidos y ahora sus proveedores no pueden dar salida al stock acumulado.
La situación no es halagüeña. La inflación, unos intereses elevados y la inestabilidad geopolítica han provocado un enfriamiento del mercado, y de hecho, ya se puede constatar que las ventas de equipos informáticos y teléfonos móviles están experimentando un rápido enfriamiento. "Los fabricantes de estos dispositivos, los mayores compradores de chips de memoria, se han visto repentinamente con grandes cantidades de componentes y no necesitan más", indica Bloomberg.
Esta contracción está teniendo dos resultados visibles: por un lado, los precios de los módulos de memoria han caído de forma acusada durante los últimos meses; por otro, los fabricantes de chips han anunciado recortes de producción.
SK Hynix y Micron ya han reducido la velocidad de producción para facilitar el vaciado de inventarios. Queda la duda de qué hará Samsung. El fabricante surcoreano suele capear las crisis invirtiendo aún más en producción para salir con ventaja, pero se espera que la división de semiconductores declare pérdidas en el próximo ejercicio. Sea como sea, ahora mismo los tres grandes fabricantes de chips de memoria están perdiendo dinero en cada venta.
No está claro hasta cuándo durará esta tendencia. Lam Research, que produce maquinaria para la fabricación de memorias, afirma que la reducción de pedidos "no tiene precedentes". Por su parte, la firma de análisis TrendForce prevé que los precios de la memoria DRAM caerán entre el 13 % y el 18 % durante el primer trimestre de 2023, sin que por ahora se atreva a predecir cuándo tocarán fondo.