Para poner las cifras en contexto, durante el último trimestre de 2008, cuando la crisis económica iniciada en 2007 ya era galopante, la caída fue del 36 %.
Esta pérdida de ventas va a tener efectos durísimos para unos fabricantes que siguen ante una complicada situación tras invertir ingentes cantidades de dinero para ampliar su capacidad productiva antes y durante la pandemia, pero que ahora se enfrentan a una ralentización del consumo y unos almacenes llenos de módulos que no encuentran comprador.
Todos los segmentos están afectados, incluyendo los profesionales. TrendForce, de hecho, señala que los módulos DDR4 y DDR5 para servidores registraron caídas trimestrales en su precio negociado (contract price) del 23~28 % y el 30~35 %, respectivamente.
En general, todos los fabricantes se están resintiendo, aunque unos más que otros. Micron, por ejemplo, es el más afectado, con un descenso trimestral de las ventas de algo más del 40 %.
Queda por ver qué sucederá finalmente durante los primeros tres meses de 2023, pero la situación no es halagüeña. Tampoco para los siguientes trimestres. Samsung, que suele aprovechar las crisis para reforzar sus instalaciones y salir de las crisis pisando el acelerador, piensa actualizar una de sus líneas, lo que a su vez debería ayudar a mover inventario al reducir la salida de producto. SK Hynix también reducirá su capacidad en uso, quedándose en el 92 %, mientras que Micron, que apostó por una la reducción de precios para aligerar su stock, ha bajado al 84 % de utilización.