Noticia original: Corrían los últimos días de febrero cuando Vivo presentó uno de los teléfonos estrella del MWC que nunca fue ni se celebró. Era el Apex 2020, un prototipo conceptual que destacaba por integrar varios de los últimos avances técnicos de la industria, incluyendo una pantalla envolvente, una cámara frontal invisible y un módulo trasero ultraestabilizado mediante cardán. Ahora llega su derivado comercial; considerablemente más discreto, pero aun así interesante.
Ya oficial, la familia X50 está formada por tres teléfonos estéticamente similares pero bien diferenciados a nivel técnico: el Vivo X50 base, el X50 Pro y el X50 Pro+. Todos ellos cuentan con pantallas AMOLED de 6,56 pulgadas con una perforación aún visible para sus cámaras delanteras, pero el modelo más avanzado posee un chipset Snapdragon 865 en lugar del Snapdragon 765G visto en sus hermanos menores. También es diferente (y mucho) la cámara trasera.
Pantalla AMOLED 2376×1080 de 6,56 pulgadas (120 Hz en Pro+, 90 Hz en el resto)
Snapdragon 865 (Pro+) o 765G (resto)
8 o 12 GB de RAM (12 GB solo en el Pro+ más avanzado)
128 o 256 GB de almacenamiento (256 GB solo en el Pro+ más avanzado)
Batería 4.200 mAh (base) o 4.315 mAh (Pro y Pro+) con carga rápida
Así como el Vivo X50 incluye un módulo de cámara de triple sensor con hasta 48 megapíxeles (cuya responsabilidad ha caído en manos de Sony, que presta un IMX598 con siete elementos ópticos) sin mayor novedad, el X50 Pro toma dicho sensor y lo suspende con un gimbal o estabilizador de cardán.
Este sistema es bastante común en videocámaras de cierto nivel (suele compararse con un sistema steadycam, a pesar de que técnicamente son diferentes) pero no se había probado en teléfonos móviles comerciales hasta ahora. Destaca por reducir las vibraciones de forma mucho más efectiva, puesto que el sensor de imagen se puede mantener fijo dentro del ensamblaje mientras el teléfono oscila.
El uso de un gimbal como método de estabilización proporciona algunas ventajas interesantes, principalmente a la hora de grabar vídeo en movimiento. Según Vivo, su estabilizador por cardán permite compensar las trepidaciones introducidas por el movimiento con el triple de efectividad que un sistema OIS tradicional. Eso es lo que dice la literaltura oficial; queda por ver lo que muestran las pruebas.
Vivo X50 base.
Curiosamente, el X50 Pro+ no incorpora este módulo de cámara, sino una solución propia con un sensor Samsung Isocell GN1 de nueva factura. Con una resolución de 50 megapíxeles y disposición Tetracell (ergo con pixel binning), proporciona un sistema de enfoque mucho más rápido que el de otros teléfonos. Concretamente, este sensor destaca de forma muy particular por su capacidad para enfocar objetos en movimiento muy cerca de la propia cámara, que suele ser el punto flaco de la mayoría de los teléfonos.
Finalmente, se puede destacar que todos los X50 poseen conectividad 5G. De hecho, el X50 base pasa por ser el teléfono más fino compatible con las nuevas redes de datos, con un grosor de 7,49 mm.
Uno de los avances del X50 Pro+ que ya han comenzado a llegar desde China.
Vivo todavía no ha comunicado los precios para Occidente de sus nuevos teléfonos. En China, las tarifas arrancarán en el equivalente a 440, 545y 630 euros por los X50 base, X50 Pro y X50 Pro+, respectivamente.
Con algo de suerte el sistema de estabilización por gimbal llegará a otras marcas del grupo BBK, tal es el caso de Realme, Oppo y OnePlus.