Señor Ventura escribió:Amiquemeregistren escribió:Claro, porque el marrón es para quien se meta en plan matón. Lo suyo es que vigiles bien tus pasos y sepas aún mejor por donde vas, porque la ley no está hecha para que te lo puedas permitir.
A partir de ahí, proporcionalidad. Tampoco es necesario esperar a que te metan una paliza.
Y si, sobra totalmente meterle una paliza delante de sus hijas, mas aún si lo que al parecer lo ha motivado es que el agredido le insultó. La equivocación es tremenda, y se va a arrepentir.
Ya, si lo que dices es verdad, es lo que dice la ley. Lo que aquí mucha gente se pregunta es si la ley está bien. Proporcionalidad significa que para pegarle, tiene que pegarte antes. Si te pega una vez, puedes pegarle una vez. Un boxeador puede encajar el golpe y devolvérsela, pero seguramente tú no, ni la mayoría. La ley dice que él puede agarrar a una mujer del cuello, golpear a una niña, insultarte, faltarte al respeto, amenazarte, parar la película, asustar a los espectadores y darles un disgusto. Sin consecuencias, o con muy poquitas; igual en un cuarto de hora llega la policía y lo saca amablemente del cine para que pueda hacer lo mismo en otro sitio.
Los espectadores, como tú dices, pueden huir. O pueden pedirle con educación que no pegue, no insulte, no pare la peli y no les amenace. Es la ley. Yo puedo imaginarme muerta de miedo, agarrada del cuello, mientras la gente huye. A lo mejor algún valiente le pide a mi agresor que me suelte por favor, pero si él no lo hace estoy vendida. Igual si le apetece hacerme cualquier cosa ya sí pueden tocarle, al menos. Pero no estoy segura. Lo que sí sé es que me sentiría más segura si la ley permitiera a la gente coger a alguien que agrede, insulta y amenaza, darle cuatro galletas y sacarlo fuera del cine, o de donde sea.
Igual tú no lo entiendes porque eres tío y eres grande, y si te agarran del cuello puedes agarrar también del cuello. Pero creo que lo que digo es bastante razonable, no sé. Parece que muchos preferís una ley que implica la indefensión de la víctima inocente, a una ley que convierta en víctima al agresor culpable. Yo no, yo creo que la ley debería fomentar la actuación valiente, no la huida cobarde.