Permítame que me siga pareciendo bastante raro que en el mismo año de Nuestro Señor (1625) en que los tercios de nuestro rey Don Felipe IV, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Isla y tierra firme del Mar Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, Conde de Aspurg, de Flandes, Tirol y Barcelona, Señor de Vizcaya, y de Molina, hacían que se rindiera bajo el poderío del hierro toledano y vizcaíno la ciudad Española de Breda, conquistada por los traidores holandeses, sucediera tan esperpéntico evento en tierras de la tacita de plata.
He dicho
xDDD.