Yo la moto al principio la notaba muy nerviosa. No hablo ya de pegármela por ir disparando mirando hacia atrás, sino de tomar cualquier curva normal y estrellarme por dar un volantazo. O ir dando tumbos en un tramo bastante recto como si Deacon fuera hasta arriba de birras.
Luego es cierto que me acostumbré a la sensibilidad de la palanca e iba por Oregón como si fuera Marc Márquez en el apocalipsis. Pero en mi caso fue cuestión de ir ganando pericia más que por las mejoras en la moto.
La moto mejora en velocidad, depósito, etc. Pero al manejo hay que hacerse porque es igual de cabrita al principio que al final.