-Mi pasado estuvo lleno de buenos momentos, de personas que me habría gustado conservar a mi lado de un modo u otro. Sin embargo, los recuerdos, por bonitos que sean, dejan de ser importantes cuando ya no aportan nada, cuando forman parte de otra vida que ya no es la tuya.
-Sí, pensaba que me importaría más. Supongo que he encontrado tantas motivaciones nuevas, tantos elementos dispuestos a ocupar cada rincón de mi nueva vida, que no ha quedado hueco para la nostalgia. El ayer se limita a unas confesiones, algún momento esporádico de "qué habrá sido de..." y algunas personas maravillosas que me he llevado conmigo, pese a la distancia.
-Definitivamente, no puedo quejarme. Decidí arriesgar, correr en pos de mis sueños. No he conseguido nada importante y, al mismo tiempo, lo he logrado todo.
-Cuando caes, te levantas y construyes tu mundo partiendo de cero, te das cuenta de que no hay "una vida". Solo estás tú... y lo que tú desees hacer. Lo que hoy tienes no es tu vida, es tu escenario actual. Y eres libre de cambiarlo en cualquier momento. No hay que tener miedo a perderlo todo, porque no es más que una oportunidad de construir una realidad aún mejor.
-Qué fácil se volvió todo el día que decidí que no iba a enfrentarme a más de un problema a la vez. Y qué satisfacción cuando dejé de mirar hacia el futuro para centrarme en los retos inmediatos. Para qué preocuparse de cosas que aún no han llegado.
-Pero, sobre todo, qué sencillo es el día a día cuando te das cuenta de que, ante la amenaza de que puedas volver a perderlo todo, la única réplica posible es... "¿Y qué?".