Confieso que...
...soy una perezosa y dejada. El "ya confesaré mañana", se aplaza y demora en exceso...Aunque ahora mismo no tenga casi prisas.
Confieso que...
...una persona no debería limitarse a desear sólo la sonrisa de otra persona si no también la suya. Me da rabia que te conformes sin tenerla...
Confieso que...
...aunque digamos "perfecto, perfecto, perfecto"...sabemos que esa perfección abarca impurezas que, o bien somos incapaces de visualizar por los patrones mentales que tenemos formados, o bien sencillamente se nos olvida que hay chorrocientos factores que condicionan que algo potencialmente perfecto deje de serlo. Eso no implica que no pueda ser igualmente muy bueno, aun sin ser lo que podría ser perfecto.
Confieso que...
...con el tiempo aprendes que hay infinitudes y no sólo definiciones limitadas. Los títulos, las etiquetas, los conceptos....sólo son límites. A veces sencillamente basta el cariño, aunque no haya nada más, para permanecer de alguna manera, y ¡carajo, somos afortunados!.
Confieso que...
...durante un tiempo siempre le regalaba algo con una vaca a mi madre. Hasta que me rogó que dejase de hacerlo por monotema xD. Creo que el regalo que más feliz puede hacer a una madre se puede compartir con un hijo
y un día de tiempo se saca...Se saca aunque sea un maldito domingo.
Confieso que...
...tengo ganas de verte. Probablemente por circunstancias sea cada vez más difícil que nos achuchemos mutuamente...Pero mientras él te cuide, yo me conformo. Aunque no sea bidireccional, yo sí confío en él por ti. Y me gusta ver que eres una mujer feliz y completa.
Confieso que...
...comienzo a creer que hay cosas posibles...Y si son difíciles, que lo serán, o improbables, que también lo serán, como mínimo quiero que me quede esa sensación de seguir sintiéndome buena persona y no un monstruo. De seguir entregando in-con-di-cio-nal-men-te.
Confieso que...
...tengo ese horrible defecto de creerme capaz de hacer las cosas. Intentarlo. Conseguirlo. Y acto seguido exigir a cualquiera que tenga cerca que lo haga como mínimo igual de bien que yo. ¡Eficacia!Y así me va...
Confieso que...
...entré en esa habitación asustada. La gente subestima el miedo. No hay nada peor que ser consciente de que vas a bloquearte, querer hacer algo por alguien que te importa, ver cómo te bloqueas y rompes a llorar por impotencia e incapacidad de superar tus miedos...
Confieso que...
...a pesar del miedo, me siento bien descubriendo que no hay incompatibilidad. Y acabo de hacer algo que hacía AÑOS que no hacía.
Confieso que...
...no sentí nervios, no sentí pavor, no sentí cómo nadie gritaba durante nuestros cuatro minutos y lo incómodo que es el silencio, no sentí que tropezaras, te equivocaras, no me hicieras lo que me tenías que hacer...Ni siquiera sentí haber perdido el primer puesto. Lo que de verdad me valió la pena aquella tarde fue bajar del escenario y encontrarme el abrazo de un desconocido junto a un "me encantas", que comenzara a tener un nombre y haber borrado los rumores y entredichos que dos meses de chiquilladas fueron cundiendo por ahí.
Confieso que...
...ayer se me saltaron las lágrimas cuando me pediste un segundo beso en la despedida al dejarme en el autobús. Te quiero, papá.
Confieso que...
...se me han vuelto a saltar. Soy un flan. Jodido flan. De vainilla claro.
Confieso que...
...no me gusta el sentimiento egoísta que cada día reboza mi ser...no me gusta querer hacer las cosas a mi manera y saber que si no se hacen así van a fallar aunque sea un poco (y más tarde ver que, efectivamente, fallan)...No me gusta robarle el tiempo o la intención a nadie, cambiar a nadie, preocupar a nadie...Y prefiero borrarme del mapa y autoflagelarme.
Confieso que...
...me gusta hacer feliz a las personas. Y abrazarlas...