-Vale, sí, aún siento algo por ti. Total, lo sentía todo cuando me marché, cómo no va a quedar algo todavía.
-Sin embargo, fue la decisión correcta. Y que aún no haya aparecido quien te haga sombra, no implica que no esté por aparecer, tarde o temprano.
-Y tú... tú solo eres mi amigo. Qué de matices ha ganado esa palabra. Y qué rápido se me olvida entre tus brazos. Ahora mismo no puedes reemplazar a nadie. Y tú mismo admites ser un lobo solitario que nunca tendrá a nadie a su lado. Pero juguemos a querernos el tiempo en que nuestros caminos discurran junto.
-Y ey, no me olvido del chico más guapo e interesante del mundo. O del mundo del exilio, al menos. Condenados a ser eternos amigos... pero qué condena más placentera cuando ello me aporta esos achuchones que tanto me gustan. Y siempre es gratificante saber que hay cosas que solo podemos compartir el uno con el otro.
-Hay otra persona (o par de personas, más bien) con las que echo de menos pasarme horas y horas hablando. Pero bueno, ahí estoy, para cuando decidan confiar en mí como antes. Sigo siendo la misma y no os voy a tratar de forma diferente a los demás, por muchas cosas que hayan sucedido.
-Y pensar que siendo un ser tan social, me pasé media vida en un exilio casi completo...
-Quizás por eso valoro tanto el contacto humano. Porque fue un regalo que adquirí de forma tardía y que descubrí muy placentero.
-Soy efusiva, impulsiva y achucho a la gente cuando menos se lo espera. Naturaleza mellísitca.
-Tengo muy pocas amigas. Pero las que tengo valen mucho. Y además, enlazando con lo anterior, es maravilloso poder decir que las echas de menos, mimarlas y pasarte días y días intercambiando mensajes sin las malinterpretaciones que podría llevar el que fuesen chicos.
-Soy un híbrido de violencia y romanticismo. Del que tiene connotaciones positivas, no del literario. Y en mi disonancia, puedo ir de la independencia más absoluta a la entrega incondicional (aunque siempre voluntaria). Supongo que tengo la habilidad de moverme por todo el hilo que conecta los opuestos y colocarme donde más me place en cada momento.
-Me gusta acordarme de la tarde en la que me llamaste incorrecta. ¿Debía cambiarlo? No, porque entonces ya no sería Mello. Y mello es, ante todo, auténtica. Y transparente. Con los órganos por ahí visibles, bastante desagradable.
-Me resulta curioso que me digan "No puedes ser así" y luego no puedan argumentarlo. ¿Por qué no puedo? Más allá del "Porque la gente no es así". A mí no me importa cómo es la gente. Ni lo que piensen de mí. ¿Adaptarse? Bah. Si es una excelente criba el ser como soy. Para encontrar a los que merecen la pena solo hay que fijarse en aquellos que no han salido corriendo.
-Sé muy bien las necesidades que no debemos crearnos. Como sé que no somos máquinas y los sentimientos muchas veces van a ir a la suya. Para eso está la mente, para contenerlos. De cualquier modo, desear algo no es sinónimo de que lo necesites para ser feliz. Pero así como el que aspira a tener hijos se sentirá más ilusionado si puede cumplir su sueño, yo también lo seré si hago lo propio. Y no, no se trata de buscar presa de la desesperación. Pero tampoco de dejarlo todo en manos del destino (al cual le gusta mucho fastidiar). Las ocasiones las creamos nosotros, como los caminos de nuestra vida.
-Si tuviese unos años menos, volvería a estudiar. Pero no puedo permitirme más tiempo de falta de independencia y libertad. Así que toca ver cómo puedo aprovechar de algún modo lo que parece de nula utilidad. Algo conseguiré, está claro. Puedo ser muy tozuda si me lo propongo.
-Mil años y un día.
-Soy egocéntrica y me encanta hablar de mí misma. Por si no se había notado.
-Lo mejor siempre está por llegar. Especialmente si ya partimos de un momento chungo. Una mala racha no convierte tu vida entera en algo malo. Queda demasiado tiempo por delante y la vida da muuuchas vueltas.
-Cásate conmigo.
-Quiero esa casa de suelos de colores vivos, en baldosas de madera agrietada. Quiero esas puertas batientes, esos doseles, esos biombos. Quiero esas camas de ensueño, esos estantes repleto de tesoros e historias. Ojalá vuelva a soñar con algo así.
-Se me cierran los ojos.
-Hora de dormir. Mañana espero poder cumplir con mis pequeños retos.