Confieso que estoy que me como el mundo, no pasa un día en que viaje de aquí para allá, junto a ella, tiñendo con los pasos un hilo de colores que impregnan alegría. Confieso que he acabado mi mejor obra, tras años de esfuerzos al fin mi lucha será remunerada. Confieso que estoy lleno de sueños, ilusiones que me animan a seguir adelante, a luchar por lo que creo. Confieso que toda la gente siempre está preocupandose por mi, no hay día en que alguien no me llame para charlar un rato y contarnos nuestras vidas, sobre todo contigo, esa persona que sabe escucharme, con la que puedo compartir mis inquietudes y que me levanta el ánimo nada más verme cabizbajo. Confieso que no tengo miedo, que las pesadillas no existen en mi cuarto, y que buceando puedo llegar a un mundo paralelo lleno de fraternidad y alegría. Pero, también confieso que soy un mentiroso.