Confieso que...
Me he despertado esta mañana mal y a medida que iba pasando el tiempo ha ido empeorando.
Desvelada, con sueño, madrugando a las 4 de la mañana, salgo y me confundo de bus, me toca darme una pateada y correr, sabiendo de sobras que iba a llegar tarde... Llena de rabia, deprimida... Con enormes ganas de llorar por mi mierda estado de ánimo.
He acudido a ti porque has sido el primero en el que he pensado, sabiendo de sobras que a esas horas no estarías... Pero me ha sorprendido encontrarte y que escucharas mi grito de socorro.
Aprovechando lo sensiblona y ñoña que estoy y sabiendo cuanto disfrutas de estas cosas. Te dedico este confieso, como otros muchos y los que me quedan.
Saber que estás ahi, me tranquiliza. Encontrarte cuando mas lo necesito... Solo me demuestra que lo que siento por ti es mútuo. En ti he encontrado un gran amigo al cual adoro. Por mucho que nos cabreemos y nos alejemos espero volver siempre a tu lado.
Gracias, muchas gracias por cuidar de mi, no sabes lo mucho que te necesito y el bien que me haces...