-Me he zampado un puñado de donuts y de dulces japoneses entre ayer y hoy. Voy a explotar. Dejaré la casa llena de vísceras y será todo muy dramático. Al menos no me tocará limpiarlo a mí.
-Hoy me he pasado el día durmiendo. De forma literal. Salvo las 2-3 horas en las que desayuné e hice cosas de persona de provecho, el resto del tiempo lo he pasado de forma comatosa en la cama. Solo he abierto los ojos cuando mi merluzo ha vuelto de trabajar a las seis de la tarde.
-La verdad es que lo necesitaba, llevaba unos días durmiendo a trozos.
-En los sueños de este fin de semana ha habido un poco de todo. Me iba de vacaciones a un país en el que intentaban timarme cada dos pasos, pero que era muy bonito y tenía un grupo de gente marginada viviendo en la playa. Asistí a una hermosa historia de amor entre una compañera de viaje, un chico del lugar y una caja de cereales. También me dediqué a deambular volando entre edificios navideños que se alquilaban a japoneses. Hasta que me apresaron y me llevaron esposada al metro, por algún insospechado motivo. Al final acababa acudiendo a un veterinario en el que se reunía gente adicta al cosplay.
-He conseguido estrenar mi PS3 y jugar una tarde con mi melón. Luego ha sucumbido a un virus terrible (que me pegará, tiempo al tiempo) y me toca buscarme juegos de un solo jugador hasta que se recupere.
-Estas navidades voy a salir rodando, lo veo venir. Y eso que no he abierto aún los dulces navideños.
-Oh, el peloponesooooo.
-Mis pies se han especializado en congelación absoluta. Da igual que lleve calcetines y/o esté debajo del nórdico. Tocar mis pies es sentir un frío intenso que te recorre el espinazo y te baja tres grados la temperatura de forma automática. Quizás me llamen para introducir los pies en el agua del polo y evitar el deshielo.
-La vecina debe tener un único disco de música y lo repite absolutamente todas las tardes. Es fascinante. El caso es que tiene como tres canciones en bucle y de ahí no la sacas.
-Si la salud me lo permite, después de navidad retomo la búsqueda de empleo. Mientras tanto, mis proyectos, mi tiempo de estudio y mis horas de lectura/juego me mantienen bastante ocupada.
-Ayer sufrí mucho. Estaba ya metida en la cama, dispuesta a dormir, cuando recordé súbitamente que había olvidado lavar los platos de la cena. Fue muy duro dejar la cama y ponerme a ello. Creo que invertí la fuerza de voluntad que tenía reservada para los próximos tres meses.
-Este mes he estado bastante sociable. Hacía tiempo que no salía tantos fines de semana seguidos. Eso sí, mi sociabilidad termina a las doce de la noche, trasnochar no es lo mío. Ya estoy vieja. Los 33 pesan. La vagancia pesa más. Las ballenas también. Por eso no tengo ballenas en casa. Y porque no caben. Y se mueren y luego se pudren, se hinchan y explotan. Lo he vivido con un cachalote. En serio.
-Huele a curry. Ñam.
-Mi melón se va a la ducha y no me deja que abuse de él. Snif. Virus de la maldad.
-¡En marzo me voy al concierto de Avantasia! No iba a uno desde el de In Flames de años atrás. Esta vez no he conseguido secuestrar a nadie (que sea un domingo es lo que tiene) pero no me importa ir sola, mhuahaha.
-A veces me siento muy vaga, otras me siento hiperactiva. Pero todas me siento levemente orientada al sudeste y con textura de feldespato.