Lo que saco en claro de la noticia es que ETA sigue marcando la línea política de una parte de la izquierda abertzale, la misma que luego se indigna y reclama democracia cuando sus chiringuitos son cerrados bajo acusación de bailar al son de lo que marca ETA.
En fin, esto ha quedado en proyecto de chiringuito porque antes de fundarse ha quedado deslegitimado y marcado por la justicia. Todo un logro que dice mucho del nivel político (o capacidad de engaño) de los actuales dirigentes de ETA.