Quienes presentan a día de hoy a los conquistadores españoles como delincuentes sanguinarios, harían bien en recordar el desprecio por la vida humana que tenían los jerarcas de los pueblos precolombinos, esos mismos que hacían sacrificios humanos, o arrojaban a niñas por la boca de un volcán, para agradar a sus dioses.
A lo largo de la historia, cuando sucede un choque entre dos civilizaciones, irremediablemente prevalece la superior y más avanzada sobre la inferior y más primitiva. Así ocurrió con los romanos cuando fueron por Europa adelante y llegaron a llamar al Mediterráneo "Nuestro mar" porque toda Europa era romana.
Con los romanos se produjo la primera globalización: una lengua, el latín, una misma moneda, caminos, puentes, acueductos y civilización.
Con los españoles ocurriría algo parecido. La llegada de los españoles produjo un choque que se resolvió a favor de la civilización más avanzada. Pero esos pueblos precolombinos nunca desaparecieron sino que se integraron en la civilización española.
En el caso de Hernán Cortés, hizo algo muy representativo del carácter español y que probablemente cualquiera de nosotros también haría a día de hoy: se enamoró de una princesa local, Isabel Moctezuma Tecuichpo Ixcaxochitzin, y se casó con ella, y además se la trajo a España, con el consiguiente escándalo, pero eso le dio igual porque estaba haciendo lo que consideraba correcto como caballero. Amaba a esa mujer y no se la trajo como concubina o amante sino que le dio la categoría de mujer legítima, la misma exactamente que tendría una mujer española de alta cuna de la época.
Los conquistadores españoles no eran santos, pero tampoco fueron a exterminar a nadie. El Reino de España envió sacerdotes para evangelizar las Américas y creo que nadie pondrá en duda a estas alturas que la religión católica, con todos sus defectos, en el siglo XVI, era la religión más avanzada que existía en todo el planeta, desde luego muchísimo más avanzada socialmente que cualquier religión precolombina de esas que tienen sacrificios humanos y arrojan vírgenes a la boca de un volcán. Además, los conquistadores españoles fueron fundando ciudades a su paso, nacieron escuelas, más tarde universidades, iglesias, catedrales, etc. Y le dieron la lengua española. La huella de España en la historia de Hispanoamérica está por todas partes. Negarlo sería negar la realidad.
Nunca existió un genocidio, porque los indígenas se mezclaron con los españoles, y siguen existiendo hoy, como lo demuestra que el aspecto físico de la población es prácticamente el mismo que tenían en el siglo XV, con la diferencia de que hoy hablan español.