Este señor que mira al objetivo y lleva el pelo teñido de azul y grana, se llamaba, ya entonces, Luis Figo. En la mano, aireando su alegría por el título de Liga, ondeaba una bufanda del Barça. En la boca, una frase que acabó siendo la más célebre de cuantas se oyeron el 19 de abril de 1998, en la Plaça de Sant Jaume: “Blancos, llorones, saludad a los campeones”.
Seis años después de aquello –incluidos los cuatro desde la gran traición– Luis Figo puede que ni recuerde aquel momento. Ni la frase, ni el sentimiento, ni el escenario, ni nada de lo que ocurrió aquella tarde, pese a que, por lo visto, el portugués todavía sigue siendo socio del Barça. Pero, excepto eso, todo lo demás es distinto y nada tiene que ver con esta fotografía. Al contrario, hoy, el jefe de los llorones blancos es el mismísimo don Luis Figo.
Y es que, tras la victoria del Barça en el Bernabéu, Figo –el de la foto, pero ahora cobrando del Madrid– no sólo cargó de mala manera contra el árbitro que le había expulsado justamente, sino que, sin tapujos, declaró además que Pérez Burrull había llegado al Bernabéu malintencionadamente. Predispuesto a perjudicar al Madrid. El colmo del despropósito, sin embargo, lo alcanzó al añadir que, desde el día que jugaron contra el Valencia, nota que los árbitros les están buscando la ruina.
Increíble. Figo, además de perder la memoria blaugrana, ni tan siquiera recuerda que sólo siete días antes, un árbitro le regaló dos puntos al Madrid en el campo del Atlético y que otro distinto, en la misma jornada, le quitó dos puntos al Valencia. En total, cuatro. ¿Dónde está el complot? ¿En qué se equivocó Pérez Burrull? ¿No será que aquel valiente blaugrana se ha vuelto un blanco llorón?
....................................
articulo del sport. Es cierto que Figo es socio del barça???