No estarás hablando de Deco??? xDDD
Yo como soy vago escribiendo y pienso lo mismo que esta gente de futbolitis en este aspecto que son unos estudiosos de futbol te voy a copiar y pegar el último post que le dedicaron a Xavi:
Muchos dicen, pensando en Ronaldinho, que el Barça en defensa juega con diez: que se fijen en el centro del campo y encontrarán un caso como el del brasileño, porque Xavi no aporta mucho más que él: en defensa la única diferencia es que el 'diez' se queda quieto y Xavi trota, pero su carrera no oculta la facilidad para perder la posición, despistarse, su lentitud extrema para recuperar posiciones defensivas y su ausencia de sacrificio colectivo que le lleva a no hacer ni una cobertura.
En un 1-4-3-3 se exige a los dos interiores recorrido de cincuenta metros, balance defensivo, potencia en las transiciones y, en ataque, algo simple: marcar la diferencia, con pocos toques y presencia en la zona de finalización para tener superioridad numérica. Además, con esa táctica un interior debe saber manejar las faltas tácticas y algo clave para que el equipo funcione: capacidad para ser determinante y efectivo en las transiciones ataque-defensa y defensa -ataque.
Como dijimos hace meses y, sorprendentemente, corroboró después Rijkaard, el fútbol es acción y reacción, e invitamos a cualquier aficionado a repasar los partidos de esta temporada del Barça. Aprieten de vez en cuando la tecla de pausa y hablen sobre el funcionamiento, el trabajo y la influencia real de Xavi. Después se asombrarán con decisiones como las de Rijkaard en Mallorca: llega el descanso y el que se marcha es Gudjohnsen, mientras Xavi se pasea hasta el minuto noventa. Son los cambios de Vicente Del Bosque, siempre Solari.
Defensa: búsquenme cerca del árbitro
Cuando el equipo pierde el balón Xavi bajará trotando. y por eso es el 'rey de la resistencia' y de los metros recorridos, pero el fútbol no es resistencia aeróbica sino cambios de ritmo, esfuerzos anaeróbicos alácticos y, tras pérdida de balón, velocidad explosiva para coger el sitio y colocarse inmediatamente detrás de la línea del balón. Xavi no lo hace nunca: no tiene actuación para cortar el contragolpe rival, no domina la falta táctica y, en lugar de coger la espalda de Touré cuando éste pierde la posición,haciéndole la cobertura, se limita a bajar en vertical al trote en dirección a la meta de Valdés.
Cuando el sistema Rijkaard deja al equipo partido Xavi se limita a acompañar a Touré, haciendo exactamente lo que no debe: permanecer en línea con el mediocentro defensivo. Si el marfileño sale él lo hará también, por lo no podrá ocupar su sitio, quedarán huecos en defensa y enormes facilidades para el juego entre líneas de los rivales. Un claro ejemplo es el gol en el último derbi, cuando el absoluto pasotismo de Xavi obliga a Márquez a salir a la marca de Baptista. El equipo se queda sin hombre libre, una pared resulta letal y 'la Bestia' queda solo ante el portero. Evidentemente esa marca era de Xavi: Milito habría acompañado a Van Nistelrooy, Xavi habría cubierto a Baptista y Márquez, nada vendido, habría podido robar el balón e incluso sacar la pelota jugada encontrando descolocado al rival. No se vio en televisión pero todo esto lo sabían Touré y Deco, que reprocharon a Xavi en el campo su grave falta de atención.
Se apunta con bala a Deco, se filtra que es el que sale hasta las tantas de la noche, pero el que no aporta nada en esa zona es Xavi. Colocarle a él o a Ronaldinho de interior sería, a nivel defensivo, lo mismo, porque Xavi es incapaz de robar un balón. Está cerca de la pelota pero siempre llega tarde y persigue sombras. Como sabe de sus debilidades, le gusta seguir corriendo tras una falta de Milito o Touré, para que cuando el juego se detenga parezca que está por detrás de la bola, pero no es así. Cuando el Barcelona pierde un balón él está fuera de la situación de la pelota, del juego. Pasa exactamente lo contrario que con Iniesta: contra el Mallorca pudimos ver al manchego persiguiendo a Jonás y ayudando a Abidal en banda, como se machacó hace unos meses en Anfield corriendo junto a Gerrard tras ser enviado al matadero por Rijkaard.
Xavi no la roba porque siempre está fuera de la distancia de entrada. No presiona al contrario sino que le concede tres o cuatro metros, permitiéndole pensar y anulando la posibilidad de 'tackle'. Es oro puro para los centrocampistas rivales: Ibagaza le cogía la espalda constantemente, cuando después de lo ocurrido contra el Madrid Xavi debería haber estado más atento que nunca. Sin reacción tras pérdida, sin disciplina en la marca, sin coberturas en el posicionamiento zonal, Xavi siempre está donde está el árbitro. No encima de ningún contrario sino a cuatro metros del más próximo, obervándoles jugar sin atreverse a cortarlo... Hacen lo que, en entrenamientos, se llama "ejercicio con oposición semiactiva". Para Xavi defender es estar, aunque siempre tres décimas tarde, tres décimas pero las decisivas, no interpreta el juego táctico y lo que es peor, no actúa, es una sombra que acompaña. Eso es lo que Xavi ofrece en defensa hoy.
Nula repercusión en el marcador y en el juego
Mientras el rival ataca, el 'seis' del Barcelona sólo espera con impaciencia una cosa: que la pelota vuelva a sus pies para salir al contragolpe... de mentira. Porque cuando el balón le llegue ralentizará el juego, lo convertirá en previsible, en tocar y tocar. Nunca la da al primer toque, no da pases verticales y sus envíos de rosca son siempre hacia fuera, al pie. Sus muchos aciertos en el pase parecerán una gran estadística, pero no habrán servido de nada porque obligarán al delantero a regatear, el envío no superará ninguna línea rival. El rondo de Xavi te asegurará posesión a costa de convertirte en un perdedor previsible.
Peligro es, con un pase, batir una línea rival, pero es difícil ver a Xavi dar una asistencia. Tendrán que ser muy claras y en la frontal porque no abundan sus pases definitivos. Y, con el balón en los pies, carece de físico y recorrido para batir línea en conducción. No puede enfrentarse a centrales y mediocentros modernos: siendo un gran jugador, con mucho toque y poca pérdida, los tiempos le han superado. Todo lo que ofrece lo tiene un jugador como Iniesta. Pero la incapacidad de elegir entre ambos es una de esas (no) decisiones que desacreditan a Rijkaard y convierten en inoperante su trabajo. O no quiere verlo o analiza poco los partidos pasados; o su cuerpo técnico es incapaz de ver lo que ocurre o, definitivamente, hay una mano negra que obliga a que Xavi juegue siempre. Sorprende que se pierda ante el Madrid, que el gol llegue como llega, y Xavi siga jugando y el pato lo pague Deco, que durante los primeros veinte minutos del clásico se ha matado a recuperar balones y, aunque impreciso en ataque porque no está en forma, ha sido el único que ha arriesgado. Les animo a que vean la primera media hora del Clásico y que incidan en el análisis. Toquen el pause, comparen los posicionamiento, los sacrificios y verán como en el fútbol moderno, darlo todo por el equipo no significa no salir por la noche sino hacer un sprint de 20 metros para tapar la espalda de un compañero que pierde el sitio. Este artículo no habla de si debe jugar Deco o Xavi, habla de Xavi, segundo capitán, con una traducción clara en el campo de batalla: Juegas con diez en defensa, con nueve si está Ronaldinho, y en ataque absorve el juego a lo previsible, teniendo la cualidad de hacer peores a sus compañeros.
La toma de decisiones de Xavi
Se le pide al Barça que sea agresivo, voraz, hambriento de títulos, pero la actitud de jugadores como Xavi impide alcanzar ese objetivo. Volviendo al partido ante el Mallorca, los locales realizaron marcas deficientes a balón parado todo el encuentro y, por fin, reciben el tanto de Márquez a pase precisamente de Xavi. Unos minutos después hay otro córner pero, en lugar de insistir en la debilidad del rival y hacer sangre en su nerviosismo y sus fallos, Xavi decide sacar en corto y el balón, al final, termina en los pies de Abidal casi en campo propio. El mensaje en ese saque de esquina no es "están tiritando, vamos a por el segundo" sino "a ver qué pasa". Toquemos, toquemos, toquemos hasta el infinito.
Dirán que el primer gol lo dio él, pero para sacar bien un córner están capacitados casi todos los jugadores de la actual plantilla. Ser el lanzador a balón parado no justifica su titularidad, como podría justificar la titularidad de Ronaldinho, Beckham o Pernambucano. Lanzando faltas sorprende que, muchas veces, Xavi esté por delante de tipos como Henry cuando sus goles se cuentan con los dedos de una mano. Y sigue sin comprenderse que juegue tantos minutos cuando, con el 1-4-3-3 de Rijkaard, la exigencia física de los interiores es brutal. Deberían ser los que más rotasen, y no precisamente los intocables. Xavi debería jugar menos minutos porque su rendimiento le lleva a ser la segunda opción tras Iniesta, para salir cuando vayas ganando y, a falta de veinte minutos, se opte por aguantar el marcador. Ahi puede ofrecer un nivel alto de actividad en los apoyos, que el equipo la tenga, que se esté empezando a hacer trabajo de recuperación para el próximo partido, bajando la intensidad sin perder la pelota ni la posición.
Su trascendencia en el resultado es mínima. CUando se mete de delantero centro, con Eto'o tirado a banda, es la panacea para los centrales rivales. Tantos años como profesional no le han servido para mejorar su disparo a puerta pegándole siempre por debajo a la bola, en un error más propio de jugador por hacer que de uno experimentado. Cuando, por el fallo en el golpeo, la pelota no se le va a la grada y encuentra puerta, acostumbra a lanzar al centro y a las manos del portero, facilitando el contragolpe rival y obligando a bajar apresurado al equipo. A la hora de finalizar hay una premisa fundamental: siempre entre los tres palos y que el portero no pueda atraparla con las dos manos, porque nos correrán a la contra y sufriremos. Se le pide agresividad y más trabajo a Ronaldinho y a otros, pero sorprende que en diez años no haya habido un trabajo específico individualizado de Xavi en la finalización, cuando por sus condiciones debería aportar diez goles cada temporada.
¿Por qué juega siempre?
Si pudiésemos preguntárselo a Rijkaard sin duda nos daría sus razones, pero creemos poder desmentirlas con la simple ayuda del vídeo. No cumple ni como interior ni como mediocentro, sino sólo en las ruedas de prensa con sus palabras bonitas, su cara de buen chico y su presunto compromiso de segundo capitán. Las explicaciones deben ser difíciles: no puedes castigar a Gudjohnsen por regatear en tu zona de creación y provocar una ocasión del rival y permitir lo mismo a Xavi en la segunda parte. No verás en los últimos tiempos a ningún compañero ensalzar sus virtudes futbolísticas, porque preferirán las de otros como Iniesta: Eto'o o Henry vivirán de los pases del manchego, de sus asistencias, pero desde Saviola ningún delantero ha podido conectar con Xavi. La gran pregunta es: ¿en qué grande de Europa sería ahora titular? Que lo sea siempre en el Barça habla de la ausencia de competitividad y de análisis profesional del cuerpo técnico a la hora de valorar el rendimiento real de sus jugadores.
¿Por qué el Barça no remonta?
Empezar perdiendo es un lastre para el equipo, síntoma de derrota segura desde que se ganó la Champions.Segundo capitán y último de la fila en carácter, por personalidad, carácter y determinación. Cualidades innatas que se tienen o no se tienen, un espectáculo ver como Cesc cambia el signo de los partidos en el Arsenal, muchas veces no en lo futbolístico sino en los psicológico, competitivo, carácter, capacidad de liderazgo... llegará la Eurocopa y será reserva de Xavi, un jugador al que le viene de perlas que en el foco de la crítica estén siempre Ronaldinho y Deco. Les propongo un ejercicio de memoria: ¿Cuando fue la última vez que Xavi fue decisivo para ganar un partido?.
Lean la crítica hacia el juego del Barça, verán que todo lo que se dice del equipo coincide con las cualidades de Xavi. No queremos ensalzar a Deco, que probablemente tampoco debe jugar ahora mismo, ni queremos decir que la solución es tan simple como elegir entre Xavi o Iniesta para que el Barça funcione. Decimos que no tiene que estar todo escrito, que los castigados no tienen que ser siempre los mismos, que no puede haber intocables si quieres un equipo serio. No existe a día de hoy en el Barça un análisis profesional del rendimiento deportivo de los jugadores.
Desde los periódicos se habla de "entrenadores sargento" y de "sacar el látigo", cuando sin alardes de dureza puede mantenerse el control del vestuario marcando niveles de exigencia por posición, creando competitividad y mandando al banquillo al que lo merezca, no al que designe la prensa o sea la diana perfecta. Basta quedarse con lo que da cada uno, y en los últimos tiempos Xavi sólo está dando valor al run run callejero que dice que quizá la Champions se ganó porque él no estaba en el campo. Una frase de aficionado que, con su rendimiento, se ha transformado en una realidad profesional.