Hay que ser de Portugal
JESÚS ALCAIDE (9 de junio)
Jugaban otros tipos vestidos de rojo. Era la Eurocopa de 2000 y un tal Luis Figo lideraba a un grupo formidable con Rui Costa como capitán general con mando en plaza. Era un equipo que hablaba en verso y al que sólo le faltaba la prosa del gol para ser perfecto. Llegó a las semifinales en aquel torneo después de haber ganado a Inglaterra, Alemania, Rumania y Turquía. La Francia de Su Majestad Zinedine Zidane, la expulsó en la prórroga tras una hermosa semifinal.
Fue el arranque de la gran Portugal, probablemente una de las selecciones que ha mantenido una línea de mayor regularidad en los últimos grandes torneos. Se acabaron la tristeza, la melancolía, los complejos de inferioridad y el eterno recurso de recordar a Eusebio, la pantera negra que rugió en los lejanos años 60.
Falló en el Mundial de 2002, pero a partir de su Eurocopa Portugal se ha empeñado en ejercer de grande. Scolari, el brasileño que tenía el alma lusa, no es un amante de la lírica, su Brasil ganó el Mundial de Japón y Corea sobrada de músculos y de medios centros, pero al menos permitió la fantasía de Rivaldo, Ronaldinho y Ronaldo.
Con su selección lusa es irrenunciable el discurso de los dos pivotes que comenzaron siendo Maniche y Costinha, ya desaparecidos. Pero hay rienda suelta para copar los costados con extremos puros y para dar libertad a Deco, caído en desgracia con el Barça y grande entre los suyos. Portugal fue subcampeona en la Euro de 2004 y semifinalista en el Mundial de Alemania.
Unos resultados que para España han sido hasta ahora tan inalcanzables como tratar de escalar el Everest con un polo de Lacoste. En estos tiempos, amparado por los resultados, Scolari ha ido dando entrada a la joven generación. Ya no están ni Figo ni Rui Costa y ahora Cristiano Ronaldo es, con 23 años, el segundo capitán. Es la referencia, el icono de un grupo con hambre y argumentos.
Portugal no juega de forma tan estética como en 2000, pero es de las pocas selecciones que de vez en cuando expone un gesto técnico diferente y trata de llevar la iniciativa en el juego. Ante Turquía hizo dos goles, estrelló dos balones en la madera y apabulló en minutos de posesión de balón. Un equipo que tiene a Cristiano, el madridista, ya parte con metros de ventaja. Y por detrás aprietan Nani o Quaresma, otros cuchillos afilados junto a la línea de cal que esperan su oportunidad.
Con las espaldas bien cubiertas por la mejor pareja de centrales de la Euro, esa que parece salida de la imaginación de Manuel Vázquez Montalbán, Pepe-Carvalho, sólo falta esperar que el portero Ricardo, la pieza más endeble del tablero, pese a su fama de parapenaltis, no rompa los platos en un momento de ofuscación. Portugal, alé.
Y el Manchester ya nos ha denunciado formalmente ante la Fifa. No sé de qué coño se van a quejar, "jo, As y Marca sacan en portada a nuestro jugador
". Espero que la Fifa no nos toque un pelo.
Igual esto lo que conlleva es que se deje en suspenso todo este tema, e igual para el año que viene se intenta de nuevo. Lo que es de órdago es lo del jugador.