El otro día me preguntaba un colega por qué le recomendaría Dragon's Dogma habiendo terminado este año The Witcher 3, Dragon Age Inquisition y Pillars of Eternity, ya que lo que veía la parecía un poco rancio y lo que conocía le resultaba incoherente dentro del género; un juego de rol japonés más occidental que japonés, de mundo abierto pero instanciado en muchos tramos, con un sistema de combate muy arcade a lo hack'n slash pero que requiere táctica, con un componente cooperativo online pero sin multijugador online... pero se lo recomendé precisamente por todo ello, me parece una exótica mezcla que funciona y consigue que se le perdonen muchos errores y que mucha gente esté dispuesta a considerarlo un clásico. Para mí es de lo mejor que ha hecho Capcom en estos últimos años, como si se inspirase en su época noventera y renovase aquellos arcades de Dungeons & Dragons que se marcó entonces.
Sé que técnicamente jamás será puntero a estas alturas en PC, ya en consola se le veían muchísimo las costuras y solía pensar en lo bien que le sentarían a una versión para PC los 1080p, 60Hz, pantalla completa sin bandas negras y algún reshade que le diese un empujoncito cosmético, ya que creo que al juego le cuesta un poco sacarse el partido que merece visualmente.
Por otra parte, yo le destacaría algunas virtudes como los ciclos día/noche y la iluminación. En muchos juegos la noche y los entornos oscuros son poco más que un filtro de color o una limitación en la distancia de dibujado, pero en Dragon's Dogma la oscuridad se sentía como tal; podías no ver un carajo a tres metros pero orientarte por las luces de la ciudad o por una antorcha en la lejanía. Añadiendo el hecho de que durante la noche aparecían enemigos distintos y más abundantes, realmente transmitía la sensación de que aventurarse sin la luz del sol era una temeridad.
El sistema de peones como acompañantes online me parece muy bueno. Fue una idea arriesgada y es una lástima que no se les pueda imprimir algo de carácter que les defina un poco más allá del combate, pero poder compartirlo con los demás jugadores y que eso te retribuya beneficio consigue que llegues a sentir apego y cierto orgullo por ellos.
Yo recomiendo jugarlo en modo difícil. Los comienzos serán duros, pero dejando a un lado la Isla Bitterblack de la expansión, el progreso del personaje en niveles altos y conocer la situación de los enemigos prefijados en el mapa (ojalá se introdujese un poco de aleatoriedad vía mod) hacen de muchos trayectos un paseo. La dificultad es una de sus mayores virtudes, así que aconsejo prolongar el desafío todo lo posible, porque es más duro de lo habitual pero tampoco es un Dark Souls.