Después de 62 horas, juego acabado con todo el contenido principal y todos los secretos posibles que no han quedado restringidos por quests secundarias fallidas.
A falta de escribir algo con más enjundia, lo resumiré así:
LO BUENO
El combate. Dejando a un lado Sekiro y BB, se refina y mejora al máximo la esencia del combate de los Souls. Damos por hecho muchas cosas pero la variedad y profundidad de enemigos, armas, magias, movimientos y builds que tiene este juego es demencial. Nadie se les acerca.
La esencia. Cuando se trata de jefes y mazmorras principales, el juego es magistral. Cierta zona del tramo final me volvió loco y me parece que deja en pañales a casi cualquier otro nivel de From Software pero, por si fuera poco, dos de las zonas secretas me parecieron del mismo nivel.
Los secretos. En serio, no dejéis de escudriñar cada palmo y, llegado el punto, buscad qué os puede faltar por hacer. En mi caso diré que los mejores jefes y zonas del juego han sido secretos que nunca hubiera descubierto por mí mismo. La capacidad para petarte la cabeza llevando 50 horas es inaudita.
El universo. Además de tener una narrativa algo más explícita cuando se trata de personajes y eventos importantes (NPCs que te cuentan sobre ello), el worldbuilding del juego me ha apasionado. Me queda mucho por leer y conjeturar pero lo pongo al nivel de lo que viví en Dark Souls y Bloodborne.
Las nuevas mecánicas jugables. Dejando a un lado un crafteo pocho al que se le saca muy poco partido, todos los añadidos suman y mejoran el combate, la exploración o ambos: el salto, el sigilo, el caballo, las cenizas, las invocaciones o hasta la poción mágica. Más capas y opciones.
Menos frustración. No estoy nada de acuerdo en que, en su conjunto, ER sea más accesible y fácil que otros juegos del estudio. Más bien al contrario, creo que tiene algunos de los momentos más desafientes (y frustrantes) de todos ellos. Pero sí han sabido rebajar la fricción y frustración innecesarias conc ambios aquí y allá: estatuas de Márika, viales que se rellenan al acabar con ciertos enemigos o el viaje rápido, entre otros.
LO REGULAR
El mundo abierto. Es un soplo de aire fresco al principio pero, en mi experiencia, termina perdiendo mucho fuelle por muchos motivos. El principal lo comento más abajo pero también creo que el propio juego es consciente de ello y, poco a poco, va salpicando sus grandes áreas de menos contenido secundario y dirigiendo al jugador de forma más clara al contenido realmente relevante. Si el combate, los jefes y las mazmorras de FS no tienen igual, su mundo abierto me parece bastante genérico y del montón. En mi caso terminó siendo ese gran terreno a recorrer con el caballo entre los puntos realmente importantes del juego y tiendo a pensar que el juego hubiera sido mejor si cabe con una estructura más clásica.
LO MALO
El reciclaje. Lo he comentado varias veces pero lo de los jefes es obsceno. 82 jefes matados y apenas 15 son realmente únicos. No es ya que pelear media docena de veces con el mismo jefe sea un bajón, es que se cambia la sensación de nervios e incertidumbre antes de un boss por la de dudas ante la forma en la que habrán reciclado un jefe que ya has visto: duplicado, junto a otro jefe diferente también visto, con masillas alrededor, con algún movimiento adicional o simplemente en una versión algo más grande o pequeña. Eso hace que el ratio de jefes memorables sea infinitamente inferior al de cualquier otro juego del estudio y, por contra, el grupo de jefes del montón sea demasiado grande. A golpe de reciclar le han quitado peso y magia a uno de sus grandes pilares. Lo de las mazmorras me parece menos flagrante pero lo de volver a la época de Oblivion en la que se repiten los mismos dos o tres patrones constantemente es otro bajón dado por el mundo abierto. Por suerte, en el tramo final hay menos pero mejores.
El ritmo. Esto es totalmente dependiente de cómo he jugado mi partida y mis sensaciones. Y creo que el juego empieza muy bien y acaba mejor pero tiene un segundo tercio bastante soporífero. Entre zonas abiertas mucho menos interesantes y, sobre todo, tres jefes principales tan lamentables como para llevarte a pensar que nunca rejugarás ER con tal de evitarlos, el juego pega un bajón importante. Además, creo que los jefes principales no están del todo bien repartidos (ni elegidos, en algunos casos: que Dúo sacrodermo sea un jefe principal en lugar de alguno de los cuatro grandes jefes secretos me parece incomprensible) y apenas te enfrentas a un puñado en la primera mitad del juego para, de repente, convertir el final en una boss rush. Es extraño.
El dúo sacrodermo. No diré más. Absoluta desesperación y uno de los peores y más baratos jefes de From Software. Que esto sea contenido principal no me entra en la cabeza.
En resumen, creo que la prensa ha vuelto a dejarse por la euforia colectiva y las frases maximalistas (lo de que es un antes y un después en el mundo abierto o que revoluciona la forma de hacerlos es directamente mentira) y ni de lejos sería tan rotundo a la hora de valorarlo como el mejor juego de From Software y, mucho menos, de la historia. Me alegra que un juego del estudio tenga ese estatus pero, desde luego, el de más influyente se lo llevaría Dark Souls y el de más redondo en su propuesta, en mi opinión, Bloodborne. Creo que, como pasa con todos (incluso con Dark Souls 2 en su momento) estamos en esa fase de luna de miel en la que se justifica y perdona cada error, por pequeño o grande que sea. Con todo, es una experiencia magnífica y un viaje inolvidable. Un juego que, pese a sus tropiezos, provoca sensaciones a las que nadie más en la industria se acerca. Y, desde luego, será de esos que recordaré siempre y que, seguro, estará en mi top de la generación.
![[amor]](/images/smilies/nuevos/enamorado.gif "enamorado")
![[qmparto]](/images/smilies/net_quemeparto.gif "Que me parto!")
![[360º]](/images/smilies/nuevos/vueltas.gif "como la niña del exorcista")
![[+risas]](/images/smilies/nuevos/risa_ani3.gif "más risas")
![[facepalm]](/images/smilies/facepalm.gif "facepalm")
