El único problema que tengo con el juego de momento es uno que llevo teniendo con Miyazaki desde DS 3, y es el diseño de las peleas contra bosses. De 15 que me habré enfrentado en Necrolimbo, 12 son básicamente Artorias: enemigos ultraveloces y con combos interminables que o te aprendes sus patrones, o se acabó.
En Dark Souls, y sobretodo Demon's, también había bosses en lo que hacer lo mismo, pero había muchos donde para vencerlos había que usar un tipo de lógica o estrategia. Esta bien que exista Artorias o enemigos parecidos, pero es que la gran mayoría que llevo son iguales, salvo los gigantes, que es ponerse en sus piernas.
Desde DS3 Miyazaki otorgó una velocidad, unos combos y un rodar a cada segundo a las peleas que me parecen inferiores al de los primeros Souls.
Cuando lleve más de juego veré si hay más variación, pero por ahora lo que veo respecto a esto es que es un mundo enorme y con paisajes muy diferenciados, pero cuyos bosses se comportan de la misma manera. Eso le quita un poco de sentido, en mi opinión.