Errejón: "Es obvio que no comparto la decisión de mi secretario general de cesar a Sergio Pascual"Tras trece días de silencio, Íñigo Errejón ha hablado por fin sobre la destitución de su mano derecha, Sergio Pascual. "Es obvio que no lo comparto. No comparto todas las decisiones de mi secretario general", ha dicho en referencia al fulminante cese del secretario de Organización de Podemos por parte de Pablo Iglesias. Ha precisado, sin embargo, que sigue trabajando con él "en lo fundamental", que es hacer realidad las "ansias populares de cambio".
En una rueda de prensa en la Cámara Baja, el número dos de Podemos ha asegurado que esos trece días de silencio le han servido "para una elevación de miras". "No han sido semanas sencillas para Podemos, pero hemos madurado".
Ha garantizado su "lealtad" al proyecto político, que es "muy bonito", y para el que cinco millones de españoles les dieron su apoyo en las urnas. "Este tiempo de mayor reposo y de mayor silencio, por lo menos público, que no de trabajo interno y parlamentario, me ha servido también para una elevación de miras", ha señalado.
Guardado el luto para dar buena cuenta del fuerte enfado con Iglesias, la familia errejonista ha regresado a la primera línea de Podemos. Si ayer reapareció el destituido Pascual a través de una tribuna, hoy Errejón ha roto su calculado y clamoroso silencio.
La vuelta a la normalidad no resulta sencilla. Hay muchas heridas aún abiertas por la crisis interna y un distanciamiento evidente entre los máximos dirigentes, pero la agenda es tan intensa para Podemos a partir de hoy que la necesidad obliga a tirar hacia adelante y a aplazar cualquier discusión hasta el sábado, cuando se tendrá la ocasión de abordar los problemas internos dentro del Consejo Ciudadano, que se vaticina tenso y dividido.
Errejón participó ayer con «absoluta normalidad» en la reunión semanal de la Ejecutiva, que se centró en preparar la cita de mañana entre Iglesias y Sánchez, y hoy hará lo mismo en la Junta de Portavoces del Congreso, que le brindará la posibilidad de acabar con su silencio-protesta en la rueda de prensa que ofrecerá a su término. Fuentes oficiales confirmaron a este diario que hablará, retomando así su relevante papel en la primera línea del partido. No tendrá más remedio que responder sobre su enfado con Iglesias y las consecuencias que la crisis interna y el deterioro de sus relaciones pueden tener para el futuro. Si no compareciera, las alarmas se dispararían definitivamente.
Por lo pronto, el primer signo de la vuelta al trabajo lo dio la Secretaría Política que dirige Errejón, que volvió a difundir a través de sus canales un resumen del argumentario que diariamente envía más ampliado a los distintos portavoces. No lo mandaba desde hacía 10 días, aunque fuentes oficiales señalaron que en todo ese periodo se trabajó con las misma rutina.
Al margen, el destituido Pascual también regresó a la primera línea con una tribuna en eldiario.es, donde -sin aludir a las formas y las causas de su cese- entró en el debate que se está generando. El ex secretario de Organización apostó por un partido mucho más descentralizado, que cambie su actual modelo por uno «federal», porque si no «tendrá serias dificultades para seguir asentándose y consolidándose». Ya lo sabe, la mayoría de las seis crisis territoriales que le tocó vivir tenían como base la falta de autonomía política de las regiones.
«Es difícil sostener públicamente el anhelo de reconocimiento de una España plurinacional si esto no se refleja en nuestras estructuras organizativas», alerta, uniéndose al encargo que Iglesias le hizo al que será su sucesor, Pablo Echenique.
En apenas unos días la familia errejonista ha secundado en varios foros la tesis de federalizar Podemos, lo que repartiría el poder que hoy en día atesora Iglesias.
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