Te vi asomar en un muro,
y pude adivinar tu tristeza,
medio segundo después,
te reventé la cabeza.
Campeabas cual gnomo,
escondido bajo una escalera,
mía fue la granada,
que te dejo con cagalera.
Así es el fairi,
un juego astuto y dinámico,
tu cabeza es para mi,
grande como una señal de trafico