Bueno... pues cumplidas 72 horas con mi PS5 tengo poco más que cosas buenas que decir de la remesa actual de consolas.
Ni rastro de ruidos de ningún tipo. Hay que poner la oreja en la consola para escuchar un débil zumbido del ventilador funcionando. A pesar de eso, el calor que desprende por detrás la consola con alta carga de trabajo es notorio, lo que yo entiendo como algo positivo (mejor fuera que dentro ese calor). Increíble el trabajo de Sony con la refrigeración.
El mando es una maravilla. El avance tecnológico de la nueva vibración es un puntazo, pero lo que de verdad hay que experimentar son los gatillos. El detalle de que Sony regale junto a la consola un juego (un juegazo en realidad) que exprime al máximo las posibilidades del nuevo mando es de agradecer.
Y hablando de agradecimiento... no olvido que durante estos años de pandemia Sony nos regaló algunos juegos maravillosos como la trilogía de Uncharted, Journey o el más reciente Ratchet & Clank, que mi hijo disfrutó como un diputado del PP con una tarjeta black. Así que no se me ocurre un mejor juego para estrenarla que con la nueva entrega del juego de Insomniac... que es una jodida joya. El modo 60 fps con raytracing hay que verlo para creerlo.
En fin, sé que habéis leído todas estas cosas mil veces... pero es que mi puñetero niño (5 años tiene) no suelta el mando y tampoco tengo nada mejor que hacer! (A parte de disfrutar viéndole jugar)
Qué dura es la vida de padre!