kron-ragnarok escribió:Solo los flamers y los que dan por culo les gusta la comparativas, que ya cansáis, joder.
Pero si lo de las comparativas han sido el pan de cada día en esta industria desde toda la vida de dios.
De hecho, Sony siempre ha sacado pecho de su potencia respecto a la competencia desde siempre. Quitando sus exclusivos, ese siempre ha sido su gran baza respecto a Microsoft. La potencia de Sony en sus consolas.
¿Y ahora que se especula y tiene toda la pinta de que Microsoft le va a pulir en este sentido no se puede decir nada? ¿Qué tipo de hipocresía es esta?
A ver, Sony simplemente está a la expectativa, sobre todo, del precio que le va a poner Microsoft a su consola. Si resulta que Microsoft le ha pulido en potencia, Sony tiene que estar mordiéndose las uñas para conocer el precio por cojones. Ahora mismo Microsoft le tiene agarrado por los huevos en este movimiento de Marketing, simplemente, porque Sony depende de lo que vaya a decir Microsoft. Y si al final resulta que la Series X vale 500 pavos, la estocada va a ser tremenda, porque no le va a quedar más cojones que rebajar el precio a su consola de salida, a un precio bastante menor al que tenía planeado.
Y coño, si la gente se ha vuelto loca con el movimiento de Phil Spencer, es por algo, y ahora mismo, en cuanto a Marketing, Micro le está reventando a ostias a Sony. Y sí, el silencio y cancelar todos los eventos le está pasando factura a Sony, y de ahí que haya tantísima incertidumbre con la compañía.
Y coño, podréis pensar que soy un hater de Sony, pero resulta que en cuanto a consolas de sobremesa (Sin contar portátiles y PC), solo he jugado a PS1, PS2, PS3 y PS4. Siendo la PS3 la consola que más he disfrutado por su catálogo.
Así que si tuviera que decantarme por alguna compañía, al menos en cuanto a mi historial, diría que soy más Sonyer que Nintendero o Xboxer
Pero es triste que ahora mismo no tenga ni una pizca de ilusión en adquirir una PS5, y en cambio, Microsoft me esté convenciendo pa pillarme su consola este mismo año. Lo de ser fiel a una marca y comprar siempre sus productos, simplemente, porque siempre has sido de una marca, es, cuanto menos, triste de cojones.